Cuando alguien empieza a grabar, Sabrina ya tiene al ladrón en el suelo. Al no ir armado, se enfrenta a él recurriendo a su cinturón blanco en jiu jitsu, arte marcial japonesa muy desarrollada en Brasil. El joven de 18 años se retuerce de dolor. El suplica. Ella contesta que se calle la boca. El ladrón subestimó a su víctima, le robó el móvil y recibe un escarmiento en la calle y en redes sociales haciéndose viral el video. Con la fuerza aplicada con la cadera y las piernas es capaz de luxar o incluso, romperle el codo. 20 minutos pasaron así hasta llegar la policía. Hay otros casos también en Brasil, con hombres pidiendo piedad a punto de ser asfixiados con la técnica infalible. Porque aunque parezca mentira, gracias al jiu jitsu, alguien frágil en apariencia, puede reducir a otra persona de doble tamaño.