De la tragedia indonesia hay hoy dos noticias y las dos malas: La primera... sólo quedan 24 horas para encontrar a alguien vivo. Más de una semana después, la palabra superviviente será casi imposible. La segunda... Más de 1.000 personas podrían estar bajo los escombros, calculan las autoridades. Eso podría sumar otro millar de fallecidos a los más 1.400 que el terremoto y tsunami dejaron en el erial de barro, escombros y cemento. La Agencia de Desastres habla hoy de las polémicas alarmas de tsunami. Porque el 63 por ciento de la población de Palu no pudo escuchar la alarma asegura. Sólo hay 56 en toda la ciudad cuando necesitaríamos, dice, 1.000. Además, también las que sonaron, dejaron de hacerlo 30 minutos antes de la ola gigante. Y en los improvisados campamentos están los supervivientes. Ellos sí pudieron correr para salvar la vida.