Pide volver a Reino Unido tras 4 años viviendo en el Estado Islámico
Shamima no se arrepiente para nada de haberse unido a Estado Islámico. La casaron con un yihadista holandés 10 días después de pisar Siria. No vió ejecuciones pero sí cabezas decapitadas. Ni se inmutó. En los últimos tres meses murieron sus dos hijos, desnutridos. Ahora con 19 años quiere regresar a Reino Unido. Está embarazada de nuevo, casi a término. No relata su vida en el ISIS como un infierno sino con normalidad. Que vuelva suplica su padre. Se equivocó. De las otras dos británicas, poca información una morió en un ataque aereo, la otra seguía viva en julio. Las austriacas Samra y Sabina también quisieron dejar de atender a muyahines y engendrar hijos. No lo consiguieron. Porque de las garras de Estado no se sale. Los yihadistas no consienten ser abandonados. La ceutí Rajma sí pudo volver porque se arrepintió antes de entrar Siria. Turquía entregó a España a otra ceutí: Assia Ahmed, la mujer que pidió de regalo de boda un cinturón de explosivos.