A través del minúsculo agujero que los celadores usan para entregar la comida a los presos. Por increíble que parezca, por ahí se escapó el reo de una carcel de Daguestán, al sur de Rusia. No sabemos cuánto tiempo duró la misión imposible. Lo hizo desnudo porque con la tela de la ropa hubiera sido impensable. Una vez fuera de la celda, tiró de una cuerda en la que había atado su ropa. Se vistió y salió el hombre serpiente como ya le llaman en Rusia, aprovechando que ningún celador pasaba por el corredor. A flexibilidad, pocos le ganan. Va a ser verdad lo de 'si entra la cabeza, entra el cuerpo'.