Casi todos los fallecidos vivían en la zona cero de la mayor tragedia de Guatemala donde siguen buscando vida. Las poblaciones de El Rodeo, Escuintla y Los Lotes han desaparecido. Bajo toneladas de espesa ceniza caída en pocos minutos, están las casas. Algunas sólo se intuyen. Se convirtieron en hornos crematorios. La ceniza asesina todavía humea. Quienes se refugiaron en sus casas pensaron que se salvarían y fue todo lo contrario. Desde el aire se visualiza la tragedia al completo que se llevó por delante tantas vidas. Hoy tocó volver a correr. Sólo quien huyó salvó la vida. Y ante el aumento de actividad del volcán y el miedo, huyeron hasta de los albergues. Aún hay familias enteras desaparecidas.