No sólo los supervivientes pasan hambre y echan de menos la comida española, al equipo le pasa lo mismo. Porque aunque nosotros estamos perfectamente alimentados con el estudiado menú de nuestro cocinero, hay productos que escasean, o no existen, por estos lares. ¿Por ejemplo? Un buen plato de ibéricos. Y si a los concursantes se les da la opción de ganarse lonchas de jamón en un juego de recompensa, el equipo también cuenta con un improvisado proveedor del mejor embutido: Carnicerías Guillermo, la empresa familiar de una de nuestra redactoras. Aunque la foto que ilustra esta entrada parece la de cuatro concursantes que acabaran de ganar un juego de recompensa, en realidad se trata de un sonidista, una redactora y dos cámaras disfrutando de un merecido picoteo después de terminar su jornada. Los mejores ibéricos de Salamanca, disfrutados en aguas caribeñas.