De las paredes que nos rodean en los pasillos donde transcurre la jornada laboral cuelgan cuadrantes con los turnos de cada equipo, calendarios con los juegos de recompensa que faltan por disputar y listados de vídeos que deben ser editados. Pero existe además una pared especial en la sala de redacción que, cada semana, protagoniza un importante ritual: el de despegar la fotografía del concursante que abandona definitivamente el concurso.
Usamos esos retratos para disponer en las reuniones de una representación gráfica inmediata de la situación en los cayos. Las fotos están ordenadas por localización, y antes de la unificación, también por equipos. Miriam y Yurena, por ejemplo, ocupan un lugar apartado en la pared, como concursantes desterradas que son.
Bajo la atenta mirada del equipo de guión y redacción, una mano inocente lleva a cabo, cada jueves, la ceremonia que supone el fin de la aventura para alguno de los supervivientes, arrancando de la pared su retrato oficial. Antonio Tejado, Mari Carmen, Cristian o Mario han protagonizado ya este discutible honor, como recoge el vídeo que ilustra esta entrada.