Trabajar en Supervivientes supone convertir lo espectacular en rutina, hacer que cualquier jornada parezca salida de una película de acción. Grabar a los concursantes en Laguna Cacao situaba a los redactores y cámaras, a diario, en escenarios selváticos que servirían para grabar las nuevas aventuras de Indiana Jones o Lara Croft. Los cámaras nocturnos experimentan noche tras noche, a solas en una isla perdida en el mar, el misterio de las aguas tropicales al que tanto partido se le sacó en Piratas del Caribe. Y hasta un rutinario traslado en barca, escoltados por un helicóptero desde el hotel donde vivimos hasta los cayos donde trabajamos, se convierte en una secuencia digna de la próxima película de James Bond, como bien demuestra el vídeo que acompaña esta entrada.