El hambre es uno de los grandes temas y motores de todas las ediciones de Supervivientes. Los esfuerzos de los concursantes por satisfacer su apetito y la necesidad de conseguir alimento marcan la aventura y originan algunas de las disputas más intensas en la convivencia. Por suerte, el equipo que hacemos el programa no experimentamos nada similar a lo que viven los participantes. Gracias al trabajo de nuestro cocinero, a quien se ha podido ver varias veces en el programa ofreciendo alguna recompensa a los supervivientes, el equipo disfruta de un exquisito menú diario, en la comida y la cena, con el que resulta mucho más fácil enfrentarse a la jornada laboral. Su gazpacho, sus croquetas, su ensaladilla rusa o su tortilla de patata consiguen que nos sintamos en el comedor del hotel como en el salón de nuestra casa.