Así aparece señalizada en las carreteras de Honduras Laguna de Cacao, enclave tropical sobre el que se centra en estos momentos la atención de toda España (o al menos del 29% de la audiencia televisiva), siguiendo las andanzas de ocho aventureros que moran sus oscuras aguas.
Se trata sin duda de una de las grandes sorpresas de esta edición de Supervivientes, que por primera vez usa el misterioso paraje como lugar de convivencia para los concursantes. Todos venían muy preparados para la playa, el sol, las palmeras y las barracudas, pero la mitad ha acabado viviendo en un manglar en la jungla habitado por monos aulladores. No hay nada como despistar a nuestros aventureros para obtener reacciones tan valiosas como las de Yurena o Steisy al establecer contacto por primera vez con sus vecinos primates, imágenes que pudieron verse en el resumen diario del pasado lunes.
La laguna se encuentra muy cerca del hotel donde se aloja el equipo, no muy lejos de Cayos Cochinos y, sin embargo, ofrece un entorno totalmente diferente al habitual en el programa. Está claro que siempre es bueno ampliar horizontes.