Llega Halloween y es momento de recordar a Tim Burton y sus geniales rarezas
Hoy nos subimos al Séptimo A más fantasioso y excéntrico. Allí nos espera un hombre de aspecto desaliñado, trasnochado, con perenne expresión perdida, divagante. Ropa ancha, cabello despeinado y habitación llena de dibujos raros.
En algunos cines se reestrena, con motivo de la fiesta de Halloween, la película ‘Bitelchús’, de 1988. Michael Keaton, Alec Baldwin, Winona Ryder y otros más encarnaron una de las cintas de culto más queridas por los nostálgicos. De excelentes efectos especiales y precioso maquillaje -le otorgó el Oscar- resulta ser tan desequilibrada y perfecta a la vez, que queda impregnada en las retinas de todos los espectadores. Describirla es imposible, así que si no la vieron en su día, esta es una buenísima excusa para disfrutar de algo distinto en el cine.
Tim Burton es el excentricismo personificado. Al menos, desde fuera. Porque comentan sus amigos que en la vida real es una persona bastante normal. Algo dispersa, pero normal. Uno de los directores de cine más aclamados que ha conseguido crear entre sus metrajes una atmósfera propia inconfundible, inimitable. Pero no todas sus cintas son joyas del séptimo arte, ojo. Les guste o no su estilo, es de aplaudir que un cine
tan distinto consiga atrapar a un gran público. Pero, ¿por qué? Porque es capaz de reinventar y fusionar los elementos de terror más clásicos, aquellos más nostálgicos, con tintes steampunk y con fórmulas de cine de serie B.
Así ha podido atrapar a un público tan diverso que va desde los devoradores del mainstream hasta los hipsters más culturetas. Sus personajes, tan recelosos, tan tímidos, y esos rostros pálidos pegados a unos enormes ojos, cautivan. Capaz de transformar el desequilibrio en pura poesía.
Un mundo tétrico envuelto de dulzura, incluso naif, casi infantil. Muchas cintas, como ‘Eduardo Manostijeras’ o ‘Pesadilla antes de Navidad’, de hecho, son fruto de sus sueños de niño. En lugar de salir al patio a jugar, él se quedaba en clase dibujando rostros desencajados, personajes delgados, historias que años más tarde le harían multimillonario.
Un niño prodigio, sin duda, pues a sus 13 años ya había realizado su primer corto de animación. De hecho, todo comenzó por la animación: le contrataron muy joven en los estudios de Walt Disney. Sus dibujos aterraban tanto a los directivos que terminaron por echarle -luego le volverían a contratar-. En aquella época tuvo que adecuarse al estilo exigido y, atentos, estuvo a cargo de la película de dibujos ‘Tod y
Toby’. Sí, la del perrito y el zorrito dulce.
Fanático de Bollywood, podemos suponer que sus filmes son un espejismo macabro de todo aquel colorido indio. Sus planos son puro expresionismo. Como curiosidad, decirles que se comenta por ahí que tiene un ligero autismo. Al fin y al cabo, todo genio posee algo distinto. ¿Sabían que le tiene pavor a los
chimpancés? -sí, dirigió ‘El planeta de los Simios’-. ¿Y sabían que llegó a rechazar a Michael Jackson por Johnny Depp? Y para terminar con los datos curiosos: ¿se han fijado que interpreta a uno de los aliens de ‘Hombres de negro 3’?. Normal que no se hayan fijado, por otra parte.
En fin. Son muchos los detalles ocultos entre sus cintas -como Jack, de ‘Pesadilla antes de Navidad’, que aparece en un par de películas más: búsquenle, emergerá en más-. Metáforas de vida y escenografía de ensueño. Todo esto y mucho más es el señor Timothy Walter Burton.