Hoy nos subimos a la platea del Séptimo A para contemplar doscientos años de telón. Rojo, por supuesto, y de terciopelo, alberga decenas de metros secretos que ahora, a través de este documental, podrán ser escrutados de reojo por el público español.
Entre sus columnas, como receloso, esconde cientos de manos, de tejidos, maquillaje, efervescencia y sudores fríos cobijados entre aplausos. Un puro latir de palmas que alimentan su sangre. Y entre sus venas un sinfín de tambores, frenéticos violines, violentos cambios de escena y hasta barcos hundidos.
¿Sabía usted que por debajo pasa un río? ¿Que ha estado en quiebra no sé cuántas veces? ¿Que sus tablas las pisaron desde Pavarotti hasta Elton John, y sin olvidarnos de las Cortes de Cádiz?
En sus arterias decenas de estrenos mundiales, imagínense el folclore: los más elegantes ropajes, las pipas humeantes, el glamour de dos siglos de historia. Ay, si las paredes hablaran, cuántas broncas relatarían. Cuánto estrés, cuántas lloreras, cuánta pasión… cuánta vida.
Dirigido por José Luis López-Linares, que ya demostró con ‘El Bosco’ su delicada mirada estética, y producido por Telecinco Cinema, nos confeccionan un regalo exquisito, muy bien empaquetado, rítmico, variado. Al verlo les parecerá un viaje. Y así, el latir de sus recuerdos queda impregnado en las retinas de quienes quieran asomarse. Vayan al cine a ver su ópera, su danza clásica, su ritmo flamenco, su rock, su elegancia y esperpento. Lo escucharán de las propias cuerdas vocales de algunos de sus protagonistas, Plácido Domingo, Teresa Berganza, Alfredo Kraus.
El Teatro Real al desnudo, hasta sus huesos. Descubrirán cada rincón, aunque guardando alguno, y el abismal mundo que hay detrás. Porque en serio, ni se imaginan lo que hay detrás.