Mi aventura en la Ruta Quetzal BBVA llega a su fin. Vuelta a la rutina con la cabeza llena de las imágenes inolvidables de todo lo vivido en tierras panameñas. Pero la expedición no para, por delante los ruteros tienen aún una semana para disfrutar de Panamá y su periplo continuará, después, por España y Europa. A mí solo me queda despedirme, dar gracias a todos los que han hecho posible que haya podido repetir esta increíble experiencia y a los que me han acompañado en ella.
Con la mochila ya guardada solo queda repasar lo vivido y aprendido tras los pasos de Núñez de Balboa. Aprender a valorar cosas tan cotidianas como el agua, la luz o una camiseta limpia. Aprender el valor del compañerismo, de una mano que te ayuda a salir del barro y o de alguien que te ofrece un trago en mitad del esfuerzo.
Las picaduras de mosquitos, el dormir en el suelo, las duras marchas por la selva, las charlas con los compañeros… Todo suma y todo queda grabado.
Me quedo con las palabras de la doctora Lourdes Lozano durante el taller de desarrollo sostenible que impartió a los ruteros en la Ciudad del Saber de Ciudad de Panamá, “que esta oportunidad que viven no se olvide cuando sean grandes y tengan que tomar decisiones”. A buen seguro que no lo podrán olvidar.
Aquí termina mi camino con la Ruta Quetzal BBVA 2013. Gracias a todos los que me han acompañado, a los compis periodistas, a los ruteros y monitores que siempre nos atienden y a todos los que habéis seguido en este blog mis aventuras en Panamá. Hasta la vista.