En la tumba del Señor de Sipán
Con la muerte no acaba nada. Por lo menos esto era lo que se pensaba en la cultura mochica, en la que los reyes y máximas autoridades políticas y religiosas de cada región seguían viviendo aún fallecidos.
Esta élite mantenía las mismas obligaciones y privilegios hasta después de muertos, razón por la cual eran enterrados con buena parte de sus bienes y provisiones.
Este fue el caso del Señor de Sipán, el único gobernante del antiguo Perú encontrado hasta la fecha, cuyos restos se conservan en el Museo de las Tumbas Reales del Señor de Sipán, en Lambayeque.
Su tumba, descubierta en julio de 1987 por el equipo de Walter Alva, ha marcado un antes y un después en la historia al ser la primera del mundo en ser totalmente descubierta por arqueólogos.
Los saqueadores fueron los que abrieron el camino hacia uno de los hallazgos más importantes de los últimos años. Estos delincuentes comenzaron a saquear las tierras en busca de oro y dieron con una de las fosas de la tumba donde sólo había enseres de ‘poco’ valor.
Tras ello, el equipo de Alva inició las investigaciones y excavaciones y dio con el verdadero tesoro del lugar.
La tumba del Señor de Sipán escondía más de 1.110 vasijas de cerámica, 400 piezas de su ajuar personal, entre las que se encontraban orejeras, puntas de lanza, pectorales, protectores o coronas, y ocho cuerpos de sus allegados más próximos como su guardián o su mascota, enterrados junto a él en el momento de su muerte.
“El valor de lo hallado es incalculable, pero a efectos de seguro y demás estaríamos hablando de unos 15 millones de dólares”, según ha explicado el propio Walter Alva.
Hasta ahora, bajo la tumba del Señor se han hallado otros 16 enterramientos pero se espera que se descubran otros nuevos en los próximos años. “Se encontrarán tumbas más ricas. Todavía no sabemos lo que queda en los yacimientos”, tal y como asegura el arqueólogo.
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