Los 225 jóvenes de 51 países que recorren Colombia en el marco de la Ruta Quetzal BBVA son conscientes de que este será uno de los viajes más importantes de su vida, una experiencia que puede hacerles cambiar para siempre. Tras una semana de convivencia los ruteros, de entre 15 y 16 años, se han encontrado en situaciones que jamás pensaron, se han superado y han aprendido que se encuentran en una aventura irrepetible. Todos coinciden en algo: "la Ruta es lo mejor que me ha pasado en la vida"
Para Camila, de Uruguay, “la ruta es lo mejor que me puede haber pasado porque estoy aprendiendo cosas que nunca pensé vivir”. Las actividades culturales de la Ruta Quetzal BBVA son uno de los pilares del programa y los chicos valoran mucho todo lo que están descubriendo en su aventura colombiana. “Para mi la ruta está siendo muy educativa”, reconoce Iván (Almería), “con todas las charlas siempre conocemos algo nuevo, al igual que con los compañeros”.
Pero la Ruta Quetzal BBVA es exigente, son cinco semanas de actividad frenética en cada jornada. Marchas, actividades multiaventura, charlas culturales, visitas a ciudades y museos… un programa que no deja descanso pero “aunque sea un poco dura siempre se ve recompensado”, reconoce Iván.
"Nos estamos superando a nosotros mismos"
Un esfuerzo que enseña a los ruteros valores como la superación, el compañerismo, la austeridad y el compromiso de equipo. “Nos estamos superando a nosotros mismos con las caminatas que te exigen y nos damos apoyo para hacer cosas que nunca habíamos pensado y además la ruta te ayuda a saber que puedes vivir sin las cosas que tienes todos los días en casa”, afirma Sol (Argentina). Opinión que comparte Camila, “la ruta es importantísima para aprender a vivir de otra manera sin las facilidades que uno tiene en la vida diaria”.
Otra de las cosas que más valoran los ruteros de esta experiencia es la cantidad de gente nueva que han conocido, que en apenas una semana se han convertido en amigos inseparables, con el valor añadido de que provienen de lugares muy diferentes. “Estamos conociendo gente de todo el mundo e intercambiando culturas”, dice Sol. “Conoces gente nueva y distintos puntos de vista de otros países”, explica Iván, “con los compañeros siempre aprendes algo nuevo”.
Aprender, reír, superarse, conocer, descubrir… verbos que cada día se conjugan en la ruta para seguir adelante con la aventura de sus vidas, conscientes de que esta experiencia tienen que aprovecharla al máximo, porque es única y muy pocos afortunados la podrán repetir.