Esta vez La Roja si ha logrado parar, por unas horas, la Ruta Quetzal BBVA para que todos los expedicionarios pudiéramos disfrutar de la victoria de la selección española ante Portugal para meterse en la final de la Eurocopa y volver hacer historia. Ruteros, monitores, periodistas… todos unidos por la pasión, los nervios, la emoción y la alegría de ver a los de Del Bosque hacer historia una vez más.
La ruta ha dejado a un lado, por un momento, el estudio del legado de José Celestino Mutis en la ciudad de Mariquita para colocarse los colores de la selección. Reunidos frente al televisor expedicionarios de todos los países, españoles en su mayoría, hemos cantando, gritado, sufrido y saltado con La Roja.
Una bandera portuguesa, entre una marea de españoles, animaba al equipo de Cristiano Ronaldo guardando la esperanza de llegar a una nueva final europea. La voz de Ana sonaba sin descanso entre la de todos los ruteros españoles que no pararon de animar a la selección con los ya clásicos “yo soy español”; “España España” o “a por ellos oe”.
Los minutos pasaban sin goles y con Portugal presionando y poniendo en dificultades a los de Del Bosque que no llegaron a sentirse cómodos en el campo hasta los minutos finales del partido. Dos grandes paradas del portero luso, Rui Patricio, han conseguido poner a los chicos de pie.
Las caras de nervios y la tensión comenzaban a verse en los ruteros españoles mientras Ana, la portuguesa, seguía animando en solitario e incansable a los suyos. De esta manera se llegaba a la prórroga y a los posteriores penaltis.
De pie, abrazados los unos a los otros, como los propios jugadores de La Roja, los ruteros han sufrido como nunca viendo la tanda de penaltis. El fallo de Xabi Alonsohacia saltar a Ana mientras los ruteros españoles se temían lo peor. Pero la parada de Casillas en la primera pena máxima lanzada por los portugueses devolvía la euforia entre los españoles. El gol de Segio Ramos a lo ‘panenka’ y el último penalti marcado por Cesc Fábregas ha desatado la locura en el campamento La Gaviota, en Mariquita.
Cánticos, saltos, gritos, abrazos… los ruteros han celebrado la victoria de La Roja al son del “que viva España” de los titiriteros de la ruta. La alegría desbordada contrastaba con la decepción de Ana, que no ha parado de animar a su selección y que ha sido consolada por sus compañeros españoles que la han felicitado por el buen partido de los lusos, una nueva lección de la esencia rutera.