Adiós Perú, adiós
La aventura quetzal por tierras peruanas ha llegado tristemente a su fin. Han sido quince días de experiencias imborrables, de buenos amigos y compañeros que han llegado a ser casi hermanos, de sueños alcanzados, de retos conseguidos, de metas superadas, pero también de proyectos y planes que no han hecho nada más que empezar….
Un vuelo vespertino desde Lima ha escrito el punto y final de la expedición por Perú, que ahora continúa por España y Portugal, aunque sin la presencia del grueso de la prensa que estos días hemos acompañado a los ruteros.
En el aeropuerto, las caras de cansancio se fundían con las de alegría por regresar a ‘casa’ pero también con algunas de tristeza porque cada vez queda menos para poner el verdadero punto final a la Ruta 2011.
No es fácil quedarse con un sólo momento de estas dos últimas semanas. El recibimiento de los vecinos en cada pueblo, el descubrimiento de la catarata de Gocta, la interminable subida a Kuélap, el buen ambiente o el compañerismo entre ruteros…
[silvit5 47909]
Cada uno tiene el suyo pero en lo que todos coincidimos sin vacilar es que esta experiencia es simplemente… irrepetible.
Se acaba pero no termina. La Ruta sigue, la Ruta continúa aunque no se traduzca en madrugones mañaneros, megáfonos despertadores, intensas caminatas, viajes eternos o entusiastas gritos de guerra…
El espíritu rutero se queda, el espíritu rutero permanece y, con él, las vivencias y los compañeros que ahora forman parte de nuestras vidas.
Simplemente gracias.