VICTORIA AL CALOR DEL TRÓPICO
Colón 29 de junio 2008. Sé que un blog requiere un refresco cotidiano. Es lo suyo. Pero estamos en la Ruta Quetzal BBVA, donde los tiempos siempre son relativos cuando se trata de mover a casi 400 personas; estamos en Panamá, donde el intenso calor húmedo, marca un ritmo que impone la calma, y, además, vivimos con siete horas de retraso horario respecto a España. Esto sólo significa que un periodista metido a rutero se acomoda sin más a la circunstancia que imponga la jornada.
Fotografía de Ángel Colina.
Es decir que, tras 14 horas de vuelo Madrid-Ciudad de Guatemala-Ciudad de Panamá, llegamos al país centroamericano con el suficiente retraso como para que en España fueran las 3.oo de la madrugada del domingo 28. El sábado 28 se nos había escapado volando sin poder escribir, ni enviar ni una letra. Además, las maletas de Elsa y Jose , dos de los 15 periodistas que nos incorporamos a la Ruta, se han quedado en Madrid.
Pero llegamos,y temprano el bus de los recién llegados nos ha llevado junto a los 326 expedicionarios, sus monitores, jefe de campamento, sanitarios y personal de material acampados en Madre de Dios, una pequeña localidad panameña junto al Atlántico, justo un recodo antes de que el océano se convierta en Mar Caribe.
Imagen del fotógrafo oficial:Ángel Colina.
El campamento está junto a la orilla. En una zona de abundante vegetación. Sorprendemos a los chicos soltando cocos. Alguno demuestra una destreza sorprendente. Es el día para probar una nueva forma de dormir. Las hamacas con mosquitera y un toldo para protegerlos de las lluvias que ahora son constantes. Muchos intentan abrir los cocos, lo consiguen, a veces a medias. Grabamos a unas cuantas chicas del 'grupo 3' que rebañan con gusto el interior de un coco. Las nombro porque les digo que lo haré: son las españolas Laura (Santiago), Andrea (Valencia), Paula (Bilbao) Elena (Salamanca), Raquel (Madrid) y Katherina, de Panamá. Mientras hablamos llaman para ponerse en marcha. Hay que salir hacia el pueblo.
La marcha apenas dura diez intensos minutos bajo el sol de justicia. 'Madre de Dios', va a ser escenario de intensas emociones. Las primeras tienen nombre, ojos, cara, estatura de niños y niñas. Pequeños de familias muy humildes a los que un medio de comunicacion español regala un juguete. A la fiesta contribuyen Juan Antonio y Julio, del grupo 'Libélula', que nos hacen reir cuando sus títeres interpretan 'La princesa cautiva en el castillo encantado'. Un placer ver a los niños cambiar de cara, en función de los avatares del protagonista, un títere valiente que rescata a la bella.
Fotografía de Ángel Colina.
Ya en el mediodía caribeño, casi las 20:45 de la noche, los nervios afloran porque España está a punto de batirse con Alemania y el técnico de Hispasat todavía intenta tener señal para ver la final. Cunde incluso el pánico entre los ruteros (incluídos los periodistas) "¿Nos perderemos la final?". Algunos empiezan a a buscar anfitriones entre los vecinos del pueblo...Todos en 'Madre de Dios' están pendientes del juego de España. In extremis, con el reloj de juego ya en marcha, suenan gritos de "ya se ve". Y la pequeña sala de la escuela que han habilitado se empieza a llenar de expedicionarios. Algunos vienen con el plato de comida aún en la mano. La sala se llena, las puertas están abiertas; hace un calor insoportable, pero no importa...¡¡Gol, gol, gol....!! 1-0...Se canta "Campeones, oe, oe..." , "a por ellos", se lanzan ayes, huys...
Todos siguieron el partido.Foto:Ángel Colina.
Y entre tanto bullicio una rutera de Alemania sigue el juego con la bandera de su país al lado....No le importa la desigualdad de seguidores... España parece imbatible. Se inicia la cuenta atrás a punto del pitido final. ¡España es campeona de Europa!. La rutera de Alemania echa para atrás la cabeza por la derrota. El jolgorio es estruendo, hay varias banderas de españa. "Cómo será en España, los gritos, la celebración".
Estamos a 7.000 kilómetros de España. Poca distancia para las emociones compartidas. A esta victoria española han asistido muchos ruteros de otros países. Juntos vuelven con la alegría en el cuerpo, mientras los panameños del pueblo saludan la victoria. Hace mucho calor y toca baño en el mar. Vigilan la seguridad de los bañistas un equipo de protección civil. Los de la prensa nos vamos hacia nuestro alojamiento. Antes una parada en Portobelo. Pero eso, es otra historia.