El nuevo estadio de Burdeos tiene un viejo problema que empieza a ser recurrente en esta Eurocopa: el estado del césped. Cómo será la cosa que este lunes, a poco más de veinticuatro horas para que se dispute el partido, los internacionales no podrán ejercitarse sobre el que será el escenario del Croacia-España. En su lugar, tendrán que desplazarse al antiguo estadio del Girondins para preservar un terreno de juego que lucía un aspecto llamativo y quizá también preocupante. Potentes lámparas distribuidas a lo largo y ancho del estadio completaban los cuidados de los jardineros, con la idea de que este martes todo esté en perfectas condiciones. Y si a simple vista no llama la atención especialmente por su mal estado, cuando te acercas... Habrá que cruzar los dedos.