El verde oliva de su indumentaria desentona un poco entre tanta algarabía roja. Son la pareja que vela por nuestra seguridad, así, en general, aunque en realidad ellos han sido convocados para la Eurocopa para atender a todos y cada uno de los desplazados españoles. Porque en la Isla de Ré no sólo hay gendarmes o militares franceses. También están ellos, la parejita de la Guardia Civil, como se diría antes, los dos hombres que durante este mes quieren que nuestra estancia en la isla y sus alrededores, sea lo más cómoda y calma posible. Uno es de Valencia, del Valencia y de Del Bosque. El otro es catalán y aunque le gusta esto de la pelota, no lo sigue con tanta atención. En realidad, el matiz futbolero aquí no es tan relevante porque mientras Nolito intenta romper las redes en el primer entrenamiento de España, ellos no están mirando al campo. Atienden a la grada, vigilan cada movimiento o responden a las preguntas de cada aficionado o periodista. Esa es su única misión estos días.
Llegaron a la isla hace una semana para instalarse en la gendarmería que hay una o dos manzanas más allá del centro de entrenamiento, en la Avenue Philippesburg. Coordinan su trabajo permanentemente con la autoridades galas y trabajan de sol a sol, "vingt-quatre sur vingt-quatre", como al parecer les gusta decir a sus nuevos colegas franceses. Por suerte para todos, los unos y los otros, la tranquilidad de esta región de Francia y la calma con la que se vive la visita de la selección española les ha dejado trabajar sin grandes novedades en el frente. "La mejor noticia es que todo está en calma", reconocen, y la verdad, no nos extraña porque, muy posiblemente, lo más conflictivo que ha pasado en la isla en los últimos días ha sido la montonera de niños y adultos disputándose uno de los balones que regalaba la selección española.
Seguramente con el paso de los días su actividad se incremente y tengan que atender más reclamos de aficionados, pero hasta el momento, la escasa presencia de hinchas de La Roja por la zona hace que su trabajo tenga más que ver con satisfacer en inglés o francés la curiosidad de los vecinos sobre su presencia allí que con resolver grandes conflictos. Lo harán encantados de la vida. Han venido a "dar servicio" a los españoles y a cualquiera que le pase algo lo mejor que puede hacer es buscarlos en Ré y pedir su ayuda. Estarán siempre juntos y al quite, con su uniforme verde oliva.