Tras el batacazo de España en octavos de la Eurocopa, todo eran caras largas en la salida del estadio. Todas excepto una. Milan Piqué salía de lo más tranquilo con su balón debajo del brazo y de la mano de mamá, Shakira. Y por si hay dudas, le regaló a los presentes unos toques de balón para demostrar que hay futuro y esperanza, ¡cómo no! para La Roja.