Saint-Denis es un estadio mítico, referente universal dentro de la geografía balompédica mundial. Un estadio de enormes dimensiones que tiene una particularidad: en cada una de sus entradas cuenta con un pequeño homenaje a las figuras que un día brillaron sobre su césped. Ojo porque lo mismo pueden ser enormes estrellas del rock como megacracks del fútbol. Me he dado una vuelta por todas las entradas y aquí os enseño tres de las huellas más representativas que me he encontrado... ¿Os imagináis de quién es la más grande, no?