El empresario maderero Abel Diéguez fue secuestrado en Coruña. Sus captores lo habían planeado durante tres meses. El jefe de la banda acababa de volver de México donde se había refugiado durante 20 años tras un homicidio en España. Con su hijo, nacido en Sudamérica, había aprendido de los secuestros, una terrible forma de vida que invade países como México. Se fijaron en Abel Diéguez porque el hermano del empresario tuvo antaño una deuda con la familia de los secuestradores. Con acento mexicano comenzaron las negociaciones con la mujer del empresario.