Según los primeros análisis de la autopsia Denise Thiem murió tras recibir varios golpes en la cabeza, con una piedra y un palo que no han sido encontrados. Los datos coinciden con la nueva confesión del acusado, conseguida en la noche del lunes tras mostrarle el informe forense. El director de la policía, Ignacio Cosidó ha confirmado la confesión de Miguel Ángel Muñoz y ha explicado que se están analizando todos los objetos que se han considerado relevantes para el caso.
Pero el único objeto contundente que se llevaron de la vivienda es una sierra que no tiene sangre de la peregrina pero que siguen cotejando para ver si tiene otros restos y pudo ser empleado por el acusado. Por eso la reconstrucción es tan importante. El primer punto donde se han detenido es paralelo al camino que recorrió Denis y muy cerca de la casa de Miguel Angel. Allí se encontró con ella y pudo engatusarla con su precario inglés. Lejos de las cámaras la comitiva con el detenido ha avanzado hacia la vivienda donde encontraron las pertenencias y prendas de la peregrina. Miguel Ángel ha vuelto a llevar a los investigadores al lugar donde arrojó el cadáver y lo cubrió con ramas. El sitio está demasiado alejado e intentan que el presunto asesino confiese cómo lo trasladó si él no conduce.
La policía tuvo la firme sospecha de que Miguel era el responsable de la desaparición antes del verano. Uno de esos datos, el cambio de 1000 dólares en una sucursal bancaria y sus antecedentes por robo. Hicieron una análisis de conducta, un perfil del sospechoso que les indicaba que podrían haber intentado agredir a Denise y perder el control durante una discusión. Pero la forma de vivir del acusado , encerrado en su chamizo sin agua corriente y con poca energía eléctrica conseguida con paneles solares, además de la dificultad del terreno lleno de caminos, complicaba su vigilancia y la búsqueda del cuerpo.
Justo en estas fechas se produjeron intensos contactos diplomáticos que acabaron con la intervención del presidente del Gobierno. Y la semana pasada se decidieron a entrar en la zona con un despliegue de medios nunca visto. Se trataba de una gran operación policial con dos objetivos simultáneos. La detención de Miguel y el hallazgo del cuerpo. Las órdenes policiales eran claras “No queremos otro caso como el de Marta del Castillo”. El sospechoso sin embargo se había logrado escabullir y llevaba cinco días empotrado con un grupo de peregrinos que viajaron desde Oviedo a Grandas de Salime haciendo el camino de Santiago. Era cuestión de horas localizarlo.