Iván y Lorena activaron su plan cinco días antes del intento de asesinato de la mujer del periodista Francisco González. Iván partió desde San Sebastián en su coche y recogió en Valladolid a Lorena, juntos enfilaron la autopista hacia Madrid con el objetivo de no fallar en su tercer intento de acabar con la vida de su víctima.
El plan era sencillo e irracional, habían planeado encontrar el momento preciso para abordar a la mujer del periodista y llevársela a un lugar apartado para deshacerse de ella. No habían pensado en nada más. La vigilancia se prolongó durante cuatro días. Iván y Lorena anotaron en un puñado de papeles la rutina de la familia del periodista. Entre tanto, comían y dormían en el pequeño coche de Iván, y así continuaron hasta que reunieron los datos suficientes y se hicieron con una sábana y unos grilletes para llevar a cabo su plan.
El día de la agresión aparcaron el coche junto al cementerio de Majadahonda y se desplazaron un par de kilómetros hasta la puerta del centro escolar del hijo del locutor. Esperaron que la mujer del locutor dejara al niño en el centro y la abordaron cuando se preparaba para arrancar el todoterreno acompañada de su hija de 19 años. Fue la chica, la que con sus gritos alertó al vecino que hizo frente a la pareja de agresores, la que más tarde le confesaría “nos dijeron que venían a matarnos”.
Más tarde, en el cuartel de Boadilla del Monte, Iván confesaría entre sollozos y sin que le preguntaran parte de su plan a los guardias que le custodiaban. Los investigadores revisan las cámaras de seguridad para reconstruir al minuto los pasos de la pareja mientras vigilaban a sus víctimas. Hoy ambos se han negado a declarar con los guardias y en las próximas horas se verán las caras con la juez.