Enterrada con 50 kilos de cal
Miguel Carcaño asegura que enterraron el cuerpo de Marta con 50 kilos de cal viva. Exactamente dice que él y su hermano echaron dos sacos de 25 kilos. Si eso es verdad la encontrarán. Nos lo explica el mayor experto que hay en España en georadar. “Si alguien echa 50 kilos de cal en un cuerpo la señal es muy fuerte, sería instantáneamente detectado” Luis Alvial es conocido sobre todo por el rastreo de la finca de Bretón, las Quemadillas. Hoy nos pone un ejemplo, una fosa en la que hay 10 kilos de cal. “La señal del radar es nítida, si lo multiplicamos por cinco, más el cuerpo y la ropa, sería más potente todavía”. Además, “las cavidades que quedan en el terreno indicarían el hueco perfectamente”.
La policía le hizo estas mismas preguntas cuando contactaron con él hace dos meses. Luis Alvial está esperando que la policía le llame para abordar ya el terreno en la finca de la Rinconada, donde Miguel Carcaño asegura que enterraron el cuerpo. Miguel Carcaño no ha ubicado un punto exacto. Ha dado ya varias localizaciones Y hay un problema, que el terreno está plagado de escombros y desniveles y habría que alisarlo, y que la extensión del terreno es enorme. A Luis le dijeron unas seis fincas de 100000 metros cuadrados. Demasiado para trabajar con el georadar.
Miguel podría estar guardando la información más concreta mientras le lanza órdagos a su hermano para que hable. Primero le envió la famosa carta en la que le pedía, por piedad a la familia de Marta, que dijera el sitio en el que la enterraron, aunque fuera por medio de un anónimo. La respuesta de Francisco Javier fue tan decepcionante que Miguel, harto de “comerse el marrón” comenzó a “cantar”, pero no todo. La policía cree que Miguel sabe el sitio exacto porque hizo el segundo viaje a la finca conduciendo él. La primera madrugada condujo Francisco Javier que lo niega argumentando que él no tiene carnet. La policía tiene testigos que aseguran que le han visto conducir. La segunda madrugada el vehículo lo llevó Carcaño, cargado con los dos sacos de cal que pudieron llevarse de alguna obra. Francisco Javier trabajó de vigilante y tenía acceso a esa información. Comprar la cal un domingo por la tarde es menos probable y más arriesgado porque, de ser verdad, ahora podrían aparecer testigos nuevos.
Los investigadores revisan la inspección que hicieron en el coche de la exmujer de Francico Javier, el que según la versión de Miguel utilizaron. 50 kilos de cal dejarían rastro. Quizá tendrán que volver a examinar el vehículo cuatro años después.