Es una norma de obligado cumplimiento para la defensa de un acusado. Primero se cuestionan las pruebas y a continuación se presentan otros sospechosos del delito para distraer la atención del jurado. El problema es la forma de hacerlo. Lo censurable es, ante la ausencia de otro sospechoso, disparar sobre los testigos para desacreditarlos con argumentos que no tienen nada que ver con el caso. Lo repugnante es ver a los abogados sometiendo a juicio moral a la principal víctima y testigo del caso cuestionando si no está suficientemente afectada por el asesinato de su hija y su exmarido.
Es lo que está ocurriendo en el juicio del llamado caso Almonte con Marianela. La defensa del acusado debate las pruebas pero sobre todo se ha esforzado en despedazar a Marianela, la principal víctima, exponiéndola a ella a un juicio popular en vez de al acusado. Hay quien ve indicios de machismo en esa actitud. Hay quien no entiende por qué se señala a una mujer, ya torturada por las circunstancias, simplemente por haberse enamorado de un hombre que ahora está en el banquillo acusado de matar por celos a su exmarido y a su hija. Y somos muchos a los que nos indigna ver como se machaca a ésta mujer sugiriendo que con su actitud desencadenó los hechos. ¿Harían lo mismo si fuera un hombre?
La situación es tan lamentable que Javier Casanueva, tío de Marta del Castillo y miembro de la Asociación “Víctimas y Justicia”, nos envía éste comunicado para denunciar los hechos.
“Reflexiones sobre el juicio del Crimen de Almonte
El día 11 de Septiembre asistí a la vista del juicio que se está realizando en la Audiencia de Huelva conocido como el ¨Crimen de Almonte¨ para apoyar a una víctima, miembro de la Asociación¨Víctimas y Justicia¨ y porque esto del dolor une con lazos irrompibles. La que ese día iba a testificar no era otra persona que Marianela Olmedo, madre y esposa de los asesinados, una niña de 8 años que recibió la escalofriante cifra de 105 puñaladas, algo difícil de creer que un ser humano pueda hacer semejante barbaridad, y su marido que recibió 49, muchas de ellas por la espalda. La terrible historia empieza cuando Marianela se enamora del acusado Fran, mientras estaba casada con Miguel Ángel el fallecido, Marianela y Miguel Ángel deciden separarse y días posteriores ocurre el crimen en un escenario dantesco, pero la pesadilla de Marianela sólo acababa de empezar, al año recibe su segundo golpe, detienen a Fran como presunto autor de los crímenes, uno, en esta situación ya no tiene palabras de aliento y ánimo que pueda aliviar tanto dolor, pero el último zarpazo que recibe no es de manos del presunto asesino sino de su defensa en forma de soterrado juicio moral, en su interrogatorio, lejos de aportar luz sobre la inocencia del acusado sólo pretendían poner en juicio el dolor de Marianela, con preguntas del tipo ¿va usted a clases de baile? pues sí va a clase de baile señor letrado, porque se lo prescribe su psicóloga, ¿está usted apuntada al gimnasio?, ¿desde cuándo es incompatible ir al gimnasio con la recuperación psicológica? y otras preguntas del mismo estilo, lo que ha conseguido la defensa con su actuación no es una segunda victimización, de eso ya se encarga el sistema judicial, sino de crear una tercera y lo peor aún, de crearle un juicio paralelo de tipo moral, sobre todo en el pueblo de Almonte, desconozco si es consciente del alcance de sus actos en este juicio señor letrado sobre Marianela, que vive en la culpa y en el dolor desde hace años, espero que usted nunca sufra ese dolor, también espero que en la carrera judicial no hallan muchos como usted, porque entonces dejaré de creer en el ser humano. A la sociedad en general y sobre todo al pueblo de Almonte les pido que no destruyan más a esta madre, ya lleva una pesada carga en su mochila no hace falta que le echen más piedras y hablando de piedras recuerdan esa frase que alguien dijo -el que esté libre de pecado que tire la primera piedra- pues eso.
Javier Casanueva”