Lo primero que se te ocurre tras una lectura rapida del nombrecito es que esto de "Los Latin Brothers" es la secuela de la película "Los Reyes del Mambo". Y no va muy desencaminada la cosa porque nuestros protagonistas lo fueron durante un par de meses, pero de una película de terror. Hacía casi un año que los policías del grupo II de la Udyco de Madrid seguían los pasos de un atracador de joyerías y así terminaron conociendo a toda su "familia". Resulta que el atracador tenía 10 "hermanitos" más. Todos, con sus collares negros como cualquier banda latina que se precie, formaban los "Latin Brothers" o "Hermanos Latinos" en español. Los chicos, grandes aficionados a las sudaderas con capucha y a remarcar cada frase con gestos ampulosos de ambas manos, no tenían otra ocupación que la de delinquir.
Sólo uno, alias "el viejo" pasaba de los 25 años, y todos querían vivir su película de malotes arrabaleros "niyorquinos" a golpe de atraco. Tampoco eran unos lumbreras, la única melodía que sabían tocar era la de la extrema violencia que empleaban en sus asaltos. El grupo se estrenó el día 6 de enero de 2012 con un concierto de amenazas, palizas y violaciones. Su escenario: un prostíbulo ilegal en un piso bajo de la calle Sambara en el distrito de Ciudad Lineal. Pasadas las 22:00 horas, un sujeto llama a la puerta, una prostituta abre y recibe un fuerte golpe…cae al suelo…entran tres latinos con pasamontañas y guantes para no dejar huellas, que la apuntan con pistolas y le obligan a sentarse en la cama del salón. Tras una buena paliza y el saqueo de las pertenencias de chicas y clientes, les atan con cable de teléfono antes de marcharse. Una de las chicas, embarazada de pocos meses, logra desatarse y llama a la policía. Los patrulleros del "zeta" primero piden una ambulancia para atenderla y a continuación solicitan una inspección científica del lugar.
Las chicas, aterrorizadas, cuentan que las pistolas eran auténticas porque sentían el frío del hierro cuando se las apoyaron en la frente, y los cuchillos enormes. Muertas de miedo, dan una descripción acertada, vestían con ropa vaquera ancha, eran latinos, alguno con trenzas y les robaron 1.300 euros, material informático y un iphone que sería su perdición…
No fue el único recital del combo de los "Hermanos latinos", de la misma forma asaltaron siete prostíbulos más ocultos en pisos y chalets de Madrid y su extraradio. Siempre con gran violencia, con pistolas y cuchillos como instrumentos, disparos al aire, y en ocasiones violaciones. Nunca olvidaban dejar su tarjeta de visita al marcharse: "ésto de parte de los Hermanos Latinos". Los chicos no olvidaban seguir con su película mental, pero los policías de la Udyco tampoco olvidaron rastrear el atractivo Iphone que los delincuentes habían sustraído en el primer asalto. Lo que ocurrió fue que uno de los "músicos" con grandes dotes para la improvisación en sus asaltos, carecía del mínimo entendimiento para razonar que la policía podría seguir sus pasos. Así dieron con uno de los "hermanitos" menores. Un tal Rubén nacido español de padres inmigrantes y fugado de un centro de menores. Vigilando, los policías dieron con el resto de la comparsa y con sus fotografía compusieron un bonito cartel que fue reconocido por muchas de las víctimas. La mayoría con antecedentes violentos, uno incluso con antecedentes por homicidio.
El 17 de febrero fue la última actuación de los "Latin Brothers" en otro prostíbulo encubierto de la calle Baltasar. Los policías del grupo II comandados por un inspector conocido por "el tigre" les esperaban en la calle. Poco acostumbrados al acoso de los fans, los "Hermanos Latinos" reaccionaron escapando a la carrera pero finalmente fueron atrapados por sus más fervientes seguidores. Ni siquiera llegaron a montarse con sus instrumentos en el ford escort ( un coche desvencijado más propio de una orquesta de pueblo que de unos profesionales). En los registros de los domicilios de los integrantes del grupo los policías encontraron tres pistolas y la práctica totalidad del botín que habían reunido en un mes y medio de actividad. Sólo cinco días más tarde cayó el resto de la banda de origen dominicano y venezolano. Las prostitutas que denunciaron los robos perdieron el miedo y recuperaron todas sus joyas. En la brigada de policía judicial de Madrid todavía queda una montaña de relojes robados en prostíbulos que por discreción sus dueños jamás acudieron a reclamar y la certeza de que en éste caso concreto las políticas de integración social habían fracasado.
Así acabó la fulgurante carrera de los "Latin Brothers". Así fue como "el tigre" se comió a los hermanos latinos y éstos acabaron en la brigada de policía "tocando el piano" que es como llaman los veteranos, como José Luis el comisario jefe de la Udyco, al momento en que los detenidos estampan sus huellas dactilares en las fichas policiales.