"Indicios probables de exceso de aforo": el informe policial del Madrid Arena
"Indicios probables de exceso de aforo" así concluye el primer informe de los especialistas de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid sobre la tragedia del pabellón MadridArena. Ni una sóla cifra, de momento sólo indicios. Durante una semana los policías han recogido decenas de declaraciones, muchas contradictorias, sin llegar a una conclusión fehaciente.
"Va a ser imposible dar un número" insisten fuentes policiales. Entre otras cosas porque la organizació declara que sólo se vendieron entradas por internet a las que habría que añadir las que se repartieron a los relaciones públicas. En total poco menos de 9600 entradas. De momento no se puede demostrar que se vendieran más. No está registrado en ningún lugar, no se ha investigado ninguna imprenta, no había tornos, a los asistentes no se les validó electrónicamente la entrada, la organización no declaró el aforo a la SGAE (motivo por el que la Sociedad General de Autores ya le ha demandado en más ocasiones) y la policía NO recogió bolsas de basura repletas de entradas durante la inspección ocular del pabellón.
Pero que la policía de momento no tenga pruebas certeras del exceso de aforo, no significa que no sospeche lo contrario. En su informe de cientos de páginas los investigadores sí dan por acreditado que miles de personas se colaron gracias al "despiste" o con la ayuda de los porteros que controlaban los accesos al recinto. Un ejército de extraños que le robaron el espacio y el aire que respiraban a los miles de asistentes que ya abarrotaban el pabellón hasta su límite permitido si hemos de creer a la organización. Según los policías la situación se volvió crítica cuando a continuación, alrededor de las 3:30 de la madrugada, los miles de jóvenes que hacían botellón decidieron entrar a la vez para no pederse la actuación del DJ estrella del espectáculo. Las imágenes que analizaron los investigadores no mienten: los porteros se apartan para dejar pasar una riada de jóvenes sin entrada que confluye en el tunel de la tragedia con una segunda columna de cientos de personas que bajaban de las plantas superiores para ver el concierto en la pista. El encuentro entre las dos columnas aplastó las vidas de cuatro jóvenes.
No hay pruebas, de momento, de que se vendieran más entradas. No hay cifras. Se sospecha que el aforo se superó en miles. Hay imágenes, indicios en términos legales, de que entre los que se colaron en pequeños grupos y la riada de las 3:30 el aforo se superó con creces. Hay indicios en forma de imágenes de que el local estaba abarrotado supuestamente muy por encima del aforo permitido y la policía no renuncia a probarlo a través de dos vías. Lo intentan demostrar en un segundo informe de policía científica todavía pendiente de entregar. Ese informe incluirá infografías y cálculos por metros cuadrados hasta intentar llegar a un cálculo aproximados de las personas que abarrotaban el local minutos antes de la avalancha mortal. Por otro lado, se sugerirá al juez la creación de una comisión técnica de peritos y expertos externos que con diferentes medios intenten probar lo que parece una obviedad a todas luces: que esa noche terrorífica en el Madrid Arena había mucha más gente de la permitida legalmente debido a los chanchullos que todavía están por demostrar.
En realidad la investigación acaba de arrancar. Lo siguiente será la reconstrucción de los hechos dirigida en persona por el juez. Y la confianza en que las presiones de cualquier índole no suavicen el trabajo de la Justicia. La frase "Indicios probables de exceso de aforo" es correcta para finalizar un informe elaborado en siete días, pero inaceptable para aclarar la muerte de cuatro inocentes que confiaron sus vidas al presunto celo empresarial y el supuesto buen hacer de la administración municipal.