Dos días antes de que Juan Carlos Alfaro asesinara a Almudena, la menor de 13 años, y a su amigo Agustín , se tropezó con la madre de la adolescente en la calle Mayor. La madre comenzó a insultarle y a golpear su vehículo hasta que le amenazó “hijo de puta te tengo que matar”. Es lo que denunció el asesino de El Salobral ante la Guardia Civil donde además dijo que Adela Marquez no quería que Almudena y él continuaran con su relación. El sábado se vistió con su ropa de cazador, empuñó la nueva Walther que acababa de recoger en una armería de Albacete, y descerrajó cuatro tiros a Almudena. El final de la huida ya lo sabemos. Lo que no sabemos es lo que pasó por la cabeza de Juan Carlos, el adulto de 38 años que supuestamente había cautivado a la niña, según su madre, en mayo de 2011.
La primera denuncia ante la Guardia Civil la puso Adela, la madre, en febrero de 2012. Desesperada le pidió a la benemérita que actuara porque su hija de 13 años tenía una relación con Juan Carlos Alfaro. La Guardia Civil le preguntó si su hija estaba obligada, engañada, coaccionada o presionada, y ella explicó que no. El "novio", dijo, le había pedido permiso para salir con su hija pero no se lo concedió. La Guardia Civil comprobó que la chica tenía 13 años cumplidos en noviembre y que había consentimiento. Aun así enviaron denuncia al juzgado, que lo archivó, y copia a la fiscalía de menores, que no hizo nada.
En julio Adela volvió a la Guardia Civil . Esta vez para decir que tenía miedo de que su hija se escapara con el adulto. Y lo hizo. El 2 de septiembre la niña se escapó y se fue a dormir a casa de Juan Carlos. Saltó por la ventana de la habitación. Cuando la Guardia civil acudió, la madre y la abuela confesaron que se había ido con él otras veces diciendo que iba a casa de amigas. La adolescente le había hecho saber a su abuela a través de las redes sociales que ya no tenía dudas con ningún otro chico, que amaba a Juan Carlos Alfaro.
Cuando los agentes se presentaron en la vivienda de Juan Carlos encontraron a la menor acompañada por los padres de él. Almudena les dijo que no quería volver . Se quería quedar con sus “suegros”. Pero la guardia civil la convenció y la llevó de vuelta a su casa. Esa misma noche tuvieron que actuar de nuevo porque se montó una bronca tremenda entre abuela madre e hija.
Lo que ocurrió durante el siguiente mes, solo ellos los saben. Algunos amigos aseguran que se distanciaron pero sólo para fingir que lo habían dejado aunque se veían a escondidas. Otros creen que lo dejaron en serio y que eso explica el deterioro que sufrió Juan Carlos, al que cada día veían más nervioso. El 15 de octubre el padre de una amiga de Almudena denunció a Juan Carlos por insultar a su hija. La llamó payasa, idiota y desgraciada porque se negó a avisar a Almudena cuando él se lo pidió.
Y estos son los antecedentes de una tremenda historia de impotencia. La de una madre desesperada que no logró convencer a su hija para que se alejara del adulto que había confundido su frágil corazón. Es la historia de una niña que vivía con su abuela, que no tenía padre y vió en un adulto esa ascendencia que nunca había tenido. Es la historia del fracaso del sistema que no ha sabido proteger a una menor de un "amor" destructivo. Si señores, cuando la familia no lo consigue por el motivo que sea, proteger a un menor de edad es la misión del Estado. Los protege del pedófilo, del pederasta , de las amenazas, el acoso, la humillación en la red, de la elaboración y divulgación de sus imágenes intimas...pero los hace mayores a los 13 años para relacionarse sexualmente con adultos. La muerte de Almudena ha engrosado la lista de muertes por violencia machista, se trata de eso per0 sobre todo se trata de poner los límites necesarios para proteger a los menores.