¿Para qué querrá éste sujeto semejante cantidad de limpiador de cabezales de vídeo y de cassette en plena era del MP3? Ésta sólida sospecha podría haber sido en 2009 el detonante de la "operación Abanico" de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil). Aquello era más raro que una foto de Hugo Sánchez con la camiseta del Atletico de Madrid. En realidad el supuesto limpiador era Popper, una droga que los traficantes suelen camuflar como un producto de limpieza para su distribución. La verdad es que la investigación comenzó tras detectar los guardias un anuncio en la página Bestpopper.net en la red. El anunciante ofrecía la famosa droga de ambiente gay, por correo y contra reembolso llamando a cualquiera de los dos teléfonos de contacto.
No fue muy difícil seguir el rastro desde Alicante, donde se ubicaba la página, hasta un lujoso apartamento de la Plaza de Cataluña en Barcelona. Bastó con investigar los dos números de teléfono, pero la sorpresa llegó al identificar al propietario. Javier F., fundador y cantante activo de Locomía, aquel extravagante grupo de los ochenta facilmente identificable con dos palabras: hombreras y abanicos. De ahí tomó el nombre la operación que culminó con tres registros y dos detenidos. En aquel apartamento de Barcelona los guardias encontraron más de un centenar de botellitas de Popper (vasodilatador al que le atribuyen propiedades de deshinbidor sexual ya que su inhalación relaja los músculos lisos, como el esfínter del ano y la vagina facilitando la penetración ) y un muestrario de botellitas con los sugerentes títulos de "Jungle Juice" , "Iron Horse" o "Fuel Colt" . Una droga prohibida en España pero de gran implantación en el ambiente gay tras su descubrimiento en las discotecas norteamericanas de los años setenta. En la casa del miembro de "Locomía" tambien encontraron un buen puñado de éxtasis, y lo más sorprendente, una nada despreciable cantidad de viagras falsas en su caja fuerte.
Hoy , tres años después, el ahora mánager de Locomía se ha sentado en el banquillo acusado de dos delitos contra salud pública (que no contra el buen gusto) por los que el fiscal le pide siete años y medio de cárcel y multa de siete mil euros. Unos, guardias y fiscal, preocupados por los graves efectos que según Sanidad produce la inhalación de Popper. Otro, Font, molesto por cuestiones más mundanas. En la puerta del tribunal confesaba a nuestro reportero de "Las Mañanas de Cuatro" lo que de verdad le preocupaba de todo éste asunto: "lo que más me fastidia es que me han jodido el día de San Valentín, encima que ahora tendría que estar en nuestra gira por Latinoamérica". Más tarde y un poco más relajado le ha contado al juez que las botellas las compraba en la fábrica de Austria e ignoraba que estuviera prohibido distribuirlas y que fuera un producto nocivo porque lo venden en muchos países. ¿Que por qué tiene tantas botellitas de la droga? pues porque había que comprar al por mayor para que salieran rentables los envases llenos de droga que según los investigadores luego vendía a 40 euros. Font ha reconocido de paso que los números de teléfono que figuraban en el anuncio son los de él mismo y su pareja.
Así Font, ha desvelado los pilares de su defensa. Él compraba la droga para su propio consumo y el de sus amigos. Los éxtasis eran de un modelo amigo suyo que se fue a vivir a Miami y se las dejó en depósito, y además las pruebas no tienen validez porque supuestamente se rompió la cadena de custodia ya que en unas diligencias se habla de 110 envases requisados y en otras de 150. No pinta bien para Font, como dice Nuria guionista del programa con la que compartimos nuestro interés por los sucesos, "El filósofo Karl Popper decía que la ciencia no es un destino, sino un viaje. Pero Font el de Locomía se debió liar y se quedó sólo con lo del viaje".