Un simpatizante de Falange tras los ataques a medios digitales progresistas

telecinco.es 30/10/2013 12:43

El cuartel general del presunto autor del mayor ciber-ataque a medios de comunicación progresistas era la habitación de un adolescente asocial en la casa de su abuelo, vecino de Torrevieja. Allí, desde el pequeño cuarto contiguo a la cocina, operaba el “Comando Cibernético Fascista del Imperio Español”.

Un nombre pretencioso para una célula compuesta por un único activista de 19 años, y sin embargo, capaz de saturar las webs de más de cinco periódicos online españoles. “Infolibre”, El Plural”, “Nodo50” fueron algunas de sus víctimas. Algunas sufrieron daños valorados en más de cien mil euros, además de verse privadas del ejercicio a la información y a la libertad de expresión.

El ya detenido por la Unidad de Delitos Informáticos del Cuerpo Nacional de Policía sólo necesitaba dos ordenadores portátiles, y conocimientos autodidactas para a través de tres redes infectadas de ámbito mundial desencadenar ataques en masa a los medios digitales españoles. No hacía falta demasiada instrucción, simplemente conocer el mercado negro de internet, donde por un puñado de euros se compró varios “botnets” herramientas para controlar de forma remota miles de ordenadores “zombies” que le obedecían para saturar páginas webs sin el conocimiento de los propietarios de las máquinas. Barato y al alcance de un joven sin recursos dependiente de la pensión de su abuelo.

A David, previamente, se le acusa de haber enviado correos a varios de esos medios en los que amenazaba con la colocación de artefactos explosivos y expresaba su intención de matar a los periodistas. Amenazas que David perpetraba bajo otros perfiles menos llamativos, como “pandabear77” o “nuclearstorm77” haciéndose pasar por un profesional de la informática reclutado por Falange cuando en realidad es un simpatizante activo.

David, consciente o no de la gravedad de los presuntos delitos que ha cometido, ya ha pasado a disposición judicial acusado de amenazas y daños informáticos. Aunque, lo peor es que ha privado a millones de españoles del derecho fundamental a la información.