En las entrañas de la operación Púnica
Se cambiaron de nombre cuando cesó el fervor por la corrupción urbanística. Se formaron en delitos contra la administración y han logrado penetrar en la red Púnica. Es el Grupo de delitos contra la Administración. Su comandante nos explica que se enfrentan a una organización criminal que ha estado actuando desde finales de los 90. Más de una década de corrupción en la que no podemos ni imaginar el montante del fraude. Los 250 millones de euros defraudados en los dos últimos años, sólo a través de la empresa energética Cofely, son una ínfima parte.
Cobraron comisiones hasta el día de las detenciones. Los agentes de la Unidad Central Operativa escucharon y siguieron a alcaldes funcionarios, técnicos y empresarios. Tuvieron que emplearse a fondo en la calle porque muchos era familia, cuñados, primos hermanos. Hay de todo, y no hablaban casi por el teléfono. Vigilaron reuniones familiares donde a veces se cerraban tratos ilegales. Vigilar a un ex alto cargo como Granados fue además complicadísimo porque sus tentáculos llegaban a todas partes, a pesar de estar fuera ya de la política. Granados seguía manejando el ayuntamiento de Valdemoro y el alcalde no era sino un hombre de paja puesto ahí para hacer sus negocios. Tuvieron que evitar pedir informes a las administraciones e incluso a los bancos porque los hubieran filtrado al enemigo.
Al final hubo una filtración, la de un agente de la Unidad Central Operativa que tangencialmente había sabido que la UCO estaba vigilando a Granados. Guardia y político son de Valdemoro y tienen conocidos comunes, muchos de la propia guardia civil. Fue otro de los problemas con los que trabajaron. Francisco Granados y David Marjaliza además de amigos inseparables son hijos de guardias civiles. Por eso tuvieron que seleccionar al personal de la UCO que iba a trabajar estrechamente en la Operación Púnica.
Por primera vez entramos en su “oficina” y les vemos bucear en el papeleo y los discos duros. El Grupo de Delitos contra la Administración está formado por gente joven, entregada y muy preparada que no duda en sacrificar sus vidas personales para luchar contra un gigante como es la corrupción política.
Ahora estudian montañas de documentación porque la operación Púnica tendrá segunda parte, y tercera. No les temblará el pulso si se topan con más políticos o funcionarios corruptos. Están recibiendo denuncias de técnicos y concejales hartos de aguantar años de abusos y comisiones ilegales, primero en el sector de la construcción y ahora en todos los servicios de los ayuntamientos, e incluso de la Comunidad de Madrid.
El éxito de la operación Púnica no es sólo de ellos. Insisten en que detrás está también la Fiscalía anticorrupción con una fiscal entusiasta y valiente y un juez Eloy Velasco que un día trabajó para los políticos y hoy se ha convertido en su verdugo.