Taragoña no es el único sitio donde buscan a Diana Quer. Taragoña pudo ser un sitio de paso para la joven. La única certeza es que su móvil conectó con ese repetidor pasadas las 4 de la madrugada y esa es la última conexión. Después de eso el teléfono se apagó en algún sitio. Los investigadores no saben dónde porque no hubo una desconexión manual. Sólo las desconexiones voluntarias lanzan un "adiós" al repetidor de la zona. Si el móvil se queda sin batería no avisa. Eso significa que no saben cuándo o dónde se terminó la batería, aunque los investigadores hacen cábalas calculando el tiempo transcurrido desde que Diana le dijo a su madre que le quedaba poca batería.
A partir de esta certeza los investigadores trazan los pasos de Diana hacia delante y hacia atrás. Hacia delante es complicado porque no hay más señales tecnológicas. Hacia atrás reconstruyen sus pasos con las comunicaciones, mensajes o llamadas, que hizo y recibió desde las 2.30 cuando envió un mensaje a un amigo de Madrid al que le advirtió de un feriante que la intimidaba, y luego le dijo a su última amiga de esa noche que ya se marchaba. El camino de Diana desde A Pobra no es fácil porque sólo está trazado por mensajes o llamadas. Los impulsos, ondas electromagnéticas que los teléfonos emiten constantemente para avisar a los repetidores de su presencia, en este caso no sirven. Sólo si el teléfono de Diana hubiera sido "pinchado" antes de su desaparición, podrían haber seguido su rastro como si de un GPS se tratara. Pero las compañías no guardan registros de los impulsos, así que es imposible saber milimétricamente qué hizo esa noche la joven madrileña.
Aclarados estos puntos, los investigadores trabajan minuciosamente con lo que tienen. Y lo que tienen es que Diana pudo subir a un vehículo después de empezar a andar hacia su casa (o quizá iba hacia una cita secreta). Pudo pasar por casa con su acompañante o pudo no pasar. Eso no lo sabemos nosotros. La Guardia Civil sí cree saber si se cambió de ropa o no, aunque para nosotros es un misterio la ropa que llevaba. El pantalón rosa inicial no, el vaquero que su madre creyó echar en falta tampoco, un pantalón blanco... quién sabe toda la ropa de una joven de 18 años de padres divorciados y "cierto" desorden de idas y venidas entre una casa y otra. Pero la rapidez de movimientos del teléfono de Diana a partir de una hora concreta sugiere buscar un vehículo que circuló por la autovía desde A Pobra a Taragoña, por lo menos. Pudo seguir o pudo no llegar, porque el último enganche al repetidor se produjo en una zona de confluencia entre una antena y otra, y el anterior está en otro repetidor distinto. 17 kilómetros con varias salidas y 3 únicas cámaras que graban con una calidad fastidiosa que hace prácticamente imposible adivinar la totalidad de las matrículas. La profusión de datos obtenidos tras horas y horas de visionado, junto con el cruce de datos de los vehículos con el catastro de las viviendas de la zona, son parte de un trabajo incesante, que tendrá su fruto cuando la casualidad o la fortuna, o un testigo ahora "mudo", aporten ese dato que falta para unir todas las piezas del rompecabezas.