En principio iba a ser un trámite más. Miguel Ángel Muñoz, el homicida del Camino de Santiago, acababa de negarle a la jueza de Astorga que él hubiera asesinado a Denise Pikka. Le contó que un día de paseo notó en el monte un fuerte olor a animal muerto y así fue como encontró el cadáver de Denise. Miguel Ángel insistió en que no lo comunicó por miedo a la policía para no verse implicado en la muerte de la peregrina pero la jueza no le creyó y le envió a prisión provisional. Antes de enfilar el camino a a la cárcel, como es habitual, debía pasar el examen de los forenses adscritos al juzgado. Y en eso estaba, pero la exploración se prolongó más de lo que pensaba con resultados sorprendentes.
Miguel Ángel se sentó delante de la pareja de forenses tranquilo y colaborador. "Su tono es afable" reflejarían horas después en su informe a la jueza. El presunto asesino fue desgranando su vida, comenzando por una infancia trágica marcada por la muerte temprana de su madre y el terrible accidente de tráfico que condenó a su hermano a vivir con graves lesiones síquicas y físicas de por vida. No fue un chico con suerte. No conseguía centrarse y abandonó los estudios cuando era un niño. Lo suyo era la supervivencia social, reinventándose cada poco para volver a fallar. Así llegó a Castrillo de Los Polvazares, en León, hace poco más de dos años y allí construyó su refugio. La soledad le ahogaba, la separación de su hijo y su expareja no ayudaba. Los forenses escuchaban atentos el relato mientras Miguel Ángel se ablandaba por momentos.
Fue poco después de asegurarles que no tomaba drogas, ni bebía a menudo, cuando le preguntaron por la malograda Denise. "En un primer momento refiere que en julio iba corriendo por el monte y notó un mal olor como a animal muerto al que no prestó atención porque tenía muchas cosas en su cabeza...tras detenerlo la policía y hacerle hincapié sí había visto algo anómalo cerca de su casa, se acordó del olor y guió a la policía hasta el sitio exacto. dándose la circunstancia del sitio exacto donde estaba el cadáver..." Miguel Ángel repetía a los dos forenses el mismo relato que le había contado al juez, pero de pronto y sin que el informe forense explique el motivo, el presunto asesino dio un giro y se convirtió en asesino confeso. "más adelante el detenido refiere que se encontró a Denise en el camino que pasa por delante de su casa y empezaron a entablar una conversación en español e inglés, Denise se había perdido y el detenido se ofreció a guiarle hasta el camino. en un momento del trayecto algo inquietó a denise y según cuenta el detenido, se puso violenta verbalmente con él, él detenido refiere que no entendía lo que le estaba diciendo pero interpretó que Denise desconfiaba de él. según refiere se sintió despreciado, tomó un palo del camino y golpeó a denise en el lado derecho de la cabeza, a continuación dice que ella cayó al suelo golpeándose la cabeza con unas piedras y comenzó a convulsionar..."
La siguiente parte del relato dejó de piedra a los forenses "el detenido refiere que en este momento se dio cuenta de la barbaridad que había cometido pero sabía que ya no había marcha atrás y en un intento de que la víctima dejara de sufrir le cortó el cuello... aprovechando una cueva abierta por los jabalís la amplió con una pala metiendo allí el cadáver, una vez que lo desnudó le cortó las manos y las enterró en otro punto...tras estos hechos reconoce haber estado extraño pasando tres días vomitando al recordar lo que había hecho...cuando pasaron cuatro meses lo desenterró y lo dejó en el sitió en el que se encontró finalmente..." . Hasta ahí el relato del crimen que todos esperaban conocer desde hace meses, pero hay más. Miguel Ángel terminó su charla con los forenses explicándoles que estaba molesto porque "todo lo que está ocurriendo estos días es exagerado e injusto" se refería a las informaciones que le señalaban como el culpable de otros asaltos anteriores a peregrinas en la misma zona del Camino. Un par de asaltos a peregrinas extranjeras por las que estuvo acusado por la policía ,pero que un juez archivó por falta de pruebas y por que las víctimas no le reconocieron como el asaltante.
Los dos forenses, él y ella, se inquietaron. La confesión del acusado del crimen de la peregrina del Camino de Santiago no tendría validez al no estar presentes ni juez ni abogado. Rápidamente se lo comunicaron a su señoría.
Una vez acabado el informe Miguel Ángel Muñoz declaró por segunda vez ante la jueza y ésta vez confesó el crimen con mayor abundancia de detalles que ante los forenses. Lo hizo, según fuentes del juzgado, voluntariamente. Su abogado no está tan seguro. Lo cierto es que, a los que estaban allí, Miguel Ángel les dio la impresión de haberse quitado un enorme peso de encima. Así fue la confesión del presunto asesino y así figura en el informe forense.
Ahora Miguel Ángel está en la cárcel y su versión no concuerda con las hipótesis de la policía. Los investigadores no creen que sufriera un arrebato transitorio ni que la muerte de Denise fuera un homicidio involuntario por culpa de una caída sobre unas piedras tras recibir un golpe de Miguel Ángel. La jueza de instrucción será la que avance en la investigación y le presente todas las pruebas al tribunal que le juzgue.