Cámaras y...acción. Se rueda en un apartahotel de las afueras de Medellín, se rueda con calor, con una aspirante a actriz que se esfuerza en representar una escena de sexo explícito. Sus compañeros son actores veteranos que parecen disfrutar humillando a la muchacha desnuda. Dirige Pablo Lapiedra, famoso productor de porno para internet. Son demasiados detalles, un rodaje interminable, demasiado calor. El director corrige una y otra vez a la chiquilla amateur, siempre le llama Estefanía,menos en una ocasión. El cambio de nombre queda registrado en la película porno sin que nadie repare en ello.
Meses después el director del colegio al que asiste la chiquilla observa horrorizado el resultado final colgado en la red. La protagonista es una de sus alumnas de 16 años. Los tres actores que no tuvieron piedad con ella acabaron en la cárcel y el director Pablo Lapiedra en busca y captura. Recién detenido en España, Colombia quiere su extradición. Lapiedra se defiende ahora. Insiste en que le engañaron, que la chiquilla se hizo pasar por mayor de edad con documentación falsa, que él jamás arriesgaría su carrera por grabar el martirio sexual de una menor. Pero los policías de la Brigada de Investigación Tecnológica ( BIT ) no pasaron por alto un detalle, si el director porno se tragó que la menor era mayor de edad y se llamaba Estefanía...¿por qué la llama por su verdadero nombre durante la grabación del vídeo?. Eso dicen, y además acusan a Pablo Lapiedra de utilizar a su mujer de entonces, Zuleide, como gancho para captar a las menores en los alrededores de colegios. La BIT decidió aplicar la misma estratagema para atrapar al sospechoso. No sabían en cual de los tres domicilios que frecuentaba en España se encontraba Lapiedra. Vigilaron todos y un cebo involuntario les ayudó a atrapar a su presa. Tras días sin salir de un piso de Barcelona, un amigo llamó al productor, éste mordió el cebo y fue arrestado en cuanto bajó a la calle para ver a su amigo.
El despiste del pornógrafo le ha costado unos meses de prisión provisional hasta que se resuelva su extradición a Colombia. El juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional le deja entre rejas por la gravedad del presunto delito y el riesgo de fuga. Colombia tiene 90 días para argumentar la entrega de Lapiedra, si lo consigue el director porno podría ser juzgado allí, y en Colombia el delito de pornografía infantil se castiga con el doble de pena que en España. Una docena de años en una prisión colombiana supera con creces cualquier película de terror. El mismo terror que pasó aquella Estefanía cuando un par de adultos la sodomizaron sin tregua para disfrute de ciber-mirones sin escrúpulos.