Los especialistas de la UDEF de la policía le llama "la delincuencia silenciosa" . Es una de las más peligrosas, porque es discreta por naturaleza y corrompe todo lo que toca. No se trata de tríadas chinas importadas desde Pekín, sino de organizaciones criminales orientales que nacen en un bazar de Lavapiés y engordan su imperio hasta reventar gracias a la vista gorda de Administración.
Así, según la policía, fraguó su imperio Gao Ping. Desde el silencio, sin tiroteos ni venganzas televisadas. Su objetivo era el dinero. Su norma principal, jamás dar problemas de inseguridad ciudadana. Su estrategia, aparentar que favorecían el crecimiento económico de la zona mientras supuestamente se llenaban los bolsillos a puñados. El "emperador" del polígono Cobo-Calleja despegó hace décadas con la ayuda de la familia de su mujer y del auge del negocio de importación. Quizá en algún momento, el entramado desarticulado ahora por la policía pagó legalmente algún contenedor de mercancía, pero rápidamente dejaron de hacerlo. Los contenedores (hasta 150 al mes) sólo declaraban el 10% de la mercancía, y de toda esa mercancía una vez vendida no se declaraba a Hacienda ni el 7% del total. Era tan fácil que pronto se embarcaron en traer inmigrantes de forma ilegal para abastecer sus negocios de mano de obra. Ganaban tal cantidad de dinero que el río de billetes de 500 euros que fluía hasta sus manos amenazaba con desbordarse. Tenían que invertirlo y, sobre todo, tenían un serio problema de blanqueo.
¿Y quién podía resolverles el problema? pues gente preparada y local. Abogados y políticos, que dominaran el negocio. Gente española de confianza que con el tiempo acabarían siendo socios y compartiendo destino con la trama. Los cabecillas de la "operación emperador" siempre seguían las mismas pautas con policías y funcionarios: sonrisas, regalos y finalmente cohechos en metálico. Ahora la trama china ya podía crecer y construyó un imperio con tres derivadas. En la cúspide el presunto emperador, Gao Ping, dirigiendo un rama de empresarios chinos afines, todos deudores de los préstamos que les hacía "el emperador" y seguidores de su sistema delictivo. Una segunda rama se ocupaba de mover el dinero y blanquearlo con la ayuda de asesores de banca, abogados, y empresarios israelíes. Éstos se ocupaban de las relaciones con la Administración española, de buscar a empresarios españoles que necesitaran financiación rápida a cambio de transferencias a China desde sus cuentas en paraisos fiscales , de los envíos de dinero por el método del "pitufeo" o los viajes de cajas llenas de billetes rumbo a China a razón de 1'5 cada 15 días. La tercera y última trama era el brazo armado de la organización. La dirigía el antiguo guardaspaladas de Gao Ping. Se ocupaba de gestionar los negocios más sucios de la red. La trama no se olvidó de sus compatriotas e invirtió parte de sus ganancias en negro en préstamos draconianos, en favorecer la inmigración ilegal de esclavos para sus negocios, en prostíbulos y sus prostitutas, y en casinos ilegales. Los extorsionadores, se ocupaban de todo ésto y de cobrar las deudas sin piedad.
Ahora "el emperador" tenía España ( y parte de Italia) a sus pies, pero nada templaba su ansia de riqueza y poder. No conocía el miedo porque todos en España le batían las palmas a su paso. Nadie quería raspar el oropel pekinés no fuera a descubrir que el Rolex era de madera. Todos intuían que bajo la túnica de mandarín del emperador se escondían malas noticias, pero les venía de fábula el montaje. Ninguno fue capaz de imaginar que, bajo la dirección de la Fiscalía Anticorrupción, la UDEF y la UDYCO de la Comisaría General de Policía Judicial iban a ser capaces de desenmascarar al farsante.
Pronto descubrieron, nos cuentan los policías, que el imperio que Gao Ping forjó durante años era supuestamente capaz de blanquear 200 millones de euros anuales mientras él se ocultaba bajo la apariencia de un mecenas con galerías de arte aquí y en Pekín, fundaciones, y fotografías con ministros o el Rey Don Juan Carlos que exhibía en su página web. Su error fue mantener las cuentas casi vacías. Eso llamó la atención de los policías. Gao Ping fue sorprendido en su mansión de Somosaguas en calzoncillos. Horas después los ciudadanos chinos que tanto le respetaban y temían alucinaban al ver al emperador esposado y en chandal durante los registros de sus propiedades en el barrio Lavapiés.
La delicuencia silenciosa de la "operación emperador" es la mayor trama descubierta hasta la fecha, la hermana mayor de la operación de la UCO de la Guardia Civil que acabó con el "Dragón Blanco" de las Rozas de Madrid ( http://blogs.telecinco.es/luzdeluna/2011/06/24/el-padrino-de-la-mafia-china-no-paga-la-comunidad-de-vecinos/ ) pero no es la primera organizacion de éste porte que ha medrado en España. La delincuencia silenciosa empezó en los años 90 en Lavapiés, cuando nosotros haciamos reportajes sobre las tramas chinas que compraban a los ladrones magrebíes los pasaportes que robaban a los turistas japoneses. La diferencia es que las tramas chinas ya no necesitan relacionarse con rateros indocumentados, ahora contratan buenos abogados, conducen Mercedes de 100.000 euros y se codean con los empresarios y políticos de un país, el nuestro, con merecida fama de buen anfitrión entre los criminales del mundo entero.