Arranca una nueva etapa turbulenta, quizá la última para el clan "empresarial" más polémico de España, y a principios de semana el patriarca se despachaba a gusto en los juzgados de Mallorca: ""Son unos malvados y se trata de una victoria triunfante y victoriosa y, si me crucifican, más, maricones" , por si restaba alguna duda, el ex-superman de las finanzas señaló a los destinatarios del mensaje "a los jueces me los paso por los huevos" . Don José María no cumplió al pie de la letra con lo prometido, pero se negó a declarar en los dos juzgados baleares. Total, sólo le acusaban de dos estafas que sumaban 20 millones de euros. Un negocio redondo, según la acusación los Ruíz-Mateos compraron dos hoteles en Mallorca por ese precio, y en vez de pagarlos, los hipotecaron por una millonada y también se quedaron el dinero de las hipotecas.
Es el penúltimo coletazo judicial de una de las familias más unidas de España, unidas también en el banquillo y a éste paso unidas tras las rejas, porque el patriarca sólo pudo paladear su melodramática aparición juicial durante unas horas. El miércoles, otro juez, ésta vez de la Audiencia Nacional, le envió su tarjeta de visita en forma de decenas de policías de la UDEF (Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal) que registraron durante 15 horas siete propiedades de la familia, empezando por su chalet de la calle Alondra en la lujosa urbanización madrileña de Somosaguas.Se trataba del "caso pagarés", la presunta estafa de Nueva Rumasa a cientos de inversores que entregaron sus ahorros a cambio de pagarés que nunca llegaron a cobrar, presuntamente "la familia" sacaba el dinero fuera de España y a volar. Los más perjudicados "los listillos" (la mitad de los casi 400 millones de euros que la policía estima que recaudaron) que invirtieron en dinero negro y ahora no podrán reclamarlo si antes no admiten que defraudaron a la Hacienda Pública....
Buscando el rastro de todo éste diner0 supuestamente estafado llegaron los policías con sus perros a la vivienda del patriarca, perros entrenados para oler dinero aunque esté enterrado u oculto entre tabiques( los mismos que rastrean el dinero de los grandes traficantes)...pero ni rastro de "la pasta", ni del zulo que algunos contaron, sólo cuadros...cientos de cuadros, 100 para ser exactos. Salvo los tres de mayor valor (no había tapices en las paredes intentando ocultar la ausencia de las pinturas), cuya subasta se detuvo esa misma tarde, todos los demás fueron precintados por orden judicial ante la mirada de Don José María mientras los policías revolvieron cajones y precintaron discos duros buscando la pista del dinero hasta los parísos fiscales de Suiza o Belice. Ni un duro para compensar a los inversores que lo perdieron todo, así que el juez embargó los 220 inmuebles localizados por la Fiscalía Anticorrupción durante un año de investigación. Fincas, pisos, chalets, viñedos, cotos de caza, coches de lujo, y el 90% ya embargados con anterioridad o cargados de deudas. Nada a nombre de la familia, salvo una finca de Cambrils registrada por Teresa Rivero, todo lo demás a nombre de las sociedades del grupo empresarial.
El jueves que viene, nos comentaban fuentes del caso, los investigadores empezarán a analizar una por una todas las bolsas que se llevaron con documentos en papel y en soporte informático de la casa de José María Ruíz Mateos...Los policías creen que más temprano que tarde encontrarán parte del dinero evadido presuntamente por el clan familia, pero lo que los policías no son capaces de encontrar son los motivos que empujaron a cientos de incautos a confiar de nuevo en una familia marcada por los tribunales y un pijama hortera de superhéroe, ¿cómo es posible que creyeran ciegamente en un proyecto empresarial más falso que el traje de supermán?
La historia se repite dos veces, pero probablemente no se repetirá tres. No habrá Rumasa III. Esa es la impresión de los investigadores del caso tras observar la reacción del patriarca ante el primer registro en "el panal". Exacto, ésta ha sido la primera vez en la historia de los Ruíz-Mateos que la policía pone los pies en su "fortín" de Somosaguas. Y el patriarca acusó el golpe. Según los testigos, el antaño púgil de los juzgados, asistió a las 15 horas de registro con cristiana resignación unas veces observando desde la puerta de la cocina, otras sentado en su sillón y la mayor parte, paseando con aire taciturno esquivando las montañas de cuadros precintados que se repartían por el suelo del chalet.