La coartada de los escraches
El debate sobre la criminalización de las protestas camufla el conflicto sanitario, educativo y el grave problema del paro.
El 2012 se cerró con más de 500 desahucios diarios. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, cada día 500 familias acabaron en la calle, y las previsiones avanzan que en 2013 los desahucios crecerán un 30% más.
Son 500 familias condenadas a la marginación cada día frente a una decena de escraches o protestas diarias ante domicilios, sedes de partidos o similares. No pretendemos comparar ambas situaciones. La primera nos horroriza y NO COMPARTIMOS EL ACOSO EN DOMICILIOS PRIVADOS. Pero lo que sí admite una comparación es la velocidad de reacción de nuestros políticos ante las dos situaciones.
Mientras en el Congreso la iniciativa legislativa popular contra los desahucios sortea zancadillas, aparcada como un coche viejo en un rincón sufriendo que la desguacen y priven de cualquier sentido, el Gobierno trabaja a toda máquina para combatir las protestas ante los domicilios de políticos pero también en cualquier otro lugar.
La presa es demasiado grande para dejarla escapar. Los primeros, y condenables, excesos en los escraches en domicilios de políticos populares es una oportunidad para acelerar en el camino de la restricción de derechos de los ciudadanos. Viene de fábula para criminalizar a los que protestan (que en su mayoría no son “perroflautas”) allanando el camino de nuevos recortes y restricciones. Y desatar un debate huracanado sobre los escraches enfrentando a presuntos agresores contra supuestas víctimas inocentes es la cortina de humo perfecta para olvidar aunque sea por unas semanas otras protestas masivas que denuncian la privatización sanitaria, los problemas en Educación o simplemente evitar que se hable de la peste del paro.
Sólo así se comprende la corriente de “opinión” que recorre todas las sucursales del Partido Popular desde el Cabo de Gata hasta Finisterre comparando a los protagonistas de los escraches con proetarras, nazis o el hombre del saco (para ejemplo el twitter del político y empresario @sigfridSoria). Los políticos se lanzan a toda velocidad cuando son víctimas de los reprobables escraches en sus domicilios, pero se les cala el Ferrari si se trata de defender a los que representan. Y eso que su obligación no es la de representar a los que te han votado, sino la de representar a todos los ciudadanos…que es lo que decía ese principio político que debe estar metido en el mismo cajón que la iniciativa legislativa popular contra los desahucios. A ellos les gusta más el principio de Acción-Reacción, mucho más adecuado para recoger beneficios a corto plazo.
Así que, mientras no valoran medidas sociales (no les negamos las económicas aunque sean discutibles) para evitar la degradación absoluta de la sociedad que gobiernan, el asunto empeora por momentos. Lo dice el director general de la Policía, que hace unas horas advertía en un congreso nacional de mandos del cuerpo que se avecina una primavera caliente. Más medidas policiales para solucionar problemas sociales, aunque no lo tengan del todo claro. Mientras el ministro de Interior negaba que se vaya a establecer un dispositivo para evitar escraches a menos de 300 metros, se distribuía una circular interna a los mandos policiales exigiéndoles lo mismo que su jefe negaba.