Alerta: Niños precoces en la Red
Una niña de 8 años que accede a un ordenador, se crea una cuenta en una red social de adultos y se relaciona con otra menor, o ella cree que es otra menor. Las conversaciones son inocentes al principio. El ciberacosador no se quita la careta y utiliza lo que los expertos llaman “ingeniería social”: a la pequeña le gusta la música de los One Direction o las muñecas Monster High y son esas aficiones las que utiliza para chatear hasta que se gana la confianza de la niña. Después le incita en el manejo de la webcam hasta que la pequeña se esconde en el cuarto de baño, desnuda, conecta la cámara del ordenador y su madre la sorprende.
En este caso los progenitores actuaron tarde pero a tiempo. La niña tenía en su perfil muchas amigas de su edad agregadas. Debería estar prohibido pero no hay control sobre las redes sociales y el control masivo de las conversaciones y perfiles por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, es imposible. Son los padres los que deberían supervisar o prohibir que los niños interactúen en las redes sociales. Igual que controlan los amigos que tienen los pequeños, deberían controlar los amigos que hacen en su vida digital.
La denuncia de la madre de la niña fructificó en la detención de un joven cordobés de 25 años, estudiante de económicas. Pero para entonces el pedófilo ya tenía en su poder imágenes de otras menores, unas sesenta del centenar de potenciales víctimas que había conseguido camuflado en varios perfiles de facebook. Estaba enganchado y se conectaba en su casa, en la de su novia, o en la de su abuela . El ciberacosador no había coaccionado todavía a las niñas, no había dado el paso a los abusos sexuales y acababa de entrar en el mundo de la pedofilia. Sus padres se están separando y él creía sufrir un trastorno por ese motivo, o al menos eso es lo que contó a los guardias civiles del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.
La educación de los menores es crucial pero también la de los padres. En internet todo se puede falsear y manipular.
Justo ayer estuve haciendo una noticia sobre la educación de los niños en internet. Me gustó verlos con sus 11 y 12 años interesados en los peligros de la red. Pero los vi muy peques. Demasiado inocentes. Pregunté a los niños y muchos tenían móvil y por supuesto móvil con internet, y además con una buena conexión. Les pregunté a los que no tenían teléfono si se sentían rechazados o diferentes. Y algún pequeño me dijo que no, que no lo necesitaba. Otro, se apresuró a decirme que se reían de él porque no llevaba smartphone, suspiró y me explicó que tener teléfono es chulísimo, bueno sería chulísimo, para bajarse juegos. Otro muchachito le decía que en el ordenador de casa te puedes bajar juegos… no necesitan el móvil. Y las niñas…las niñas hablaban otro lenguaje. Por supuesto no encontré a ninguna sin teléfono. Eran más altas, más mujercitas… Y me contaron que chateaban en Line. Todas las amigas del colegio se conectaban a Line al acabar las clases para contarse sus cosas. Alguna me confesó que no tenía Tuenti porque su madre no se lo permitía.
Tuenti es para mayores de 14 años, aunque no pueden controlar todos los perfiles y los niños engañan con la edad. Igual que Facebook que es de adultos y está repleto de críos a los que nadie supervisa. Lo normal es que los padres no sepan ni lo que hacen sus hijos en las redes sociales, lo normal es que les pongan un móvil con internet con la excusa de tenerles controlados. Pero los niños se llevan el móvil a clase y siempre hay algún espabilado precoz que lo introduce en una red social y le enseña a abrirse la cuenta. Y en casa… ¿Cuántos padres dejan a sus hijos entretenidos en el ordenador sin pararse a mirar dónde y con quién chatean?
La guardia civil y la policía llevan tiempo pinchando en el Senado para que se introduzca una propuesta que sería clave en la educación digital de los niños. Una asignatura o un módulo de educación para la ciudadanía digital. Si no se puede concienciar a los padres para que SEPAN en que andan metidos sus hijos, habrá que enseñar a los niños que la red, es la calle y como les decía ayer la psicóloga Isabel Boix de Protégeles, “si por la calle no os abrazáis a un desconocido, por qué en internet le contáis vuestra vida al primero que os pregunta”.