'El Chicle', depredador sexual y potencial asesino en serie, según la juez
La juez es tajante al razonar por qué el chicle es un depredador sexual que se podía haber convertido en un asesino en serie. “Es un delincuente con alta probabilidad de reiteración delictiva”. Por el riesgo de que cometa otro hecho como el intento de rapto de Boiro, e incluso con un final como el de Diana Quer y se convierta en un asesino en serie. “Hay que evitar que continúe cometiendo ilícitos penales de la misma naturaleza que los presuntamente cometidos, se aprecia un altísimo riesgo”. Destaca que todas sus víctimas se parecen. “Es manifiesto el interés que José Enrique Abuín tendría hacia las chicas jóvenes, de cabello moreno y largo”. Y sobre el modus operandi habla de premeditación en los dos raptos. “Para asaltarlas en lugares aislados y en los que se pretendió su incomunicación mediante la inutilización de su terminal móvil”.
El suceso de Boiro aportó a la investigación una de las piezas que faltaban. Saber cómo había secuestrado a Diana. A la joven de Boiro la esperó con el coche parado y una puerta abierta. Mientras ella caminaba absorta con su móvil, 'el Chicle' ya le había echado el ojo. Cuando pasó por al lado de él, se puso detrás y con una herramienta la amenazo. Le dijo que le entregara el teléfono. “La chica volvió a nacer” ha llegado a decir la Guardia Civil que pasó las horas más difíciles cuando le buscaron sin éxito desde el 25 de diciembre hasta el 29. Y es verdad porque Abuín dejó ir a la chica al verse descubierto pero cuando comprobó que ella miraba la matrícula de su coche volvió a por ella. Y si no llega a tener ayuda es fácil imaginar el final. En este caso le salvó no darle el móvil y sirvió para cazarle gracias al audio que grabó fortuitamente.
A Diana Quer tuvo que abordarla en la zona oscura del trayecto a su casa, cuando acaban las farolas. Lo sabían por el posicionamiento del móvil de Diana. A partir de ese punto el trayecto tuvo que ser en coche, el móvil iba conectándose frenéticamente a diferentes antenas, hasta tres diferentes hasta las 2:58 que se perdió la cobertura. Cayó a la ría en el puente de Taragoña, donde lo encontraron. La juez destaca en su auto la importancia del hallazgo que después de limpiarlo, secarlo y desbloquear el terminal, permitió algo importantísimo; la localización con GPS, es decir saber todo lo que hizo Diana con un escaso error de 5 metros.
Hasta ese momento sabían que había hecho el móvil de Diana por los repetidores, y la localización ofrecía algunas dudas, además de que se trabaja con un margen de error de hasta 300 metros. “La realización de nuevos registros en la memoria interna del terminal de Diana María Quer, de marca Apple, modelo iPhone 6, pudo determinar cuál fue el itinerario” explica la juez. Primero confirmaron que a la hora que caía al agua sólo había tres vehículos pasando por el puente de Taragoña. El del Chicle era el más veloz de los dos coches y el tercero llevaba remolque. Por descarte, le situaron. Aunque no servía como prueba por si sola porque al ser de noche no se ven las matrículas y apenas se distinguen los modelos. Pero el móvil de 'el Chicle' estaba por esa zona en ese momento, lo decía la antena de Taragoña. Tampoco este indicio servía por si solo. Pero fueron sumando.
El desbloqueo del móvil de Diana sobre todo aportó la pista definitiva. Diana salió del A Pobra en un vehículo que pasó por una gasolinera que tenía cámara. Hasta el aniversario de la desaparición no sabían que era el coche de 'el Chicle'. Pero una reconstrucción exhaustiva y la comprobación del comportamiento de los móviles durante esa noche de saturación de antenas, les dio la posición de Abuín. Salió a la misma hora por la misma gasolinera. La cuestión era cómo meter a Diana y a 'El Chicle' en el mismo vehículo teniendo en cuenta que no tenían la posición GPS del móvil del autor confeso de su muerte. Para esas fechas Abuín ya se sabía investigado y había reseteado su terminal antes de entregarlo voluntariamente a los investigadores (primero entregó el que no era).
Aun así Abuín tenía que estar muy cerca de Diana y el estudio de las imágenes de la cámara dio frutos. “Se captó la imagen, a través de la cámara instalada en una estación de servicio, de un único coche que se incorporaba a la autovía a gran velocidad en sentido Padrón, y a escasos 37 segundos de la geolocalización arrojada por el desbloqueo de la memoria interna del móvil”. Lo siguiente fue trazar el itinerario del delincuente y de Diana. Al ser una carretera, habiendo varios puntos GPS del teléfono de la joven madrileña, y estimando la velocidad de circulación, interpolaron y redujeron el error hasta poder decir que el Chicle se llevó a Diana.
Ahora que han conseguido la confesión, todo ese trabajo ha quedado eclipsadoporque “el autor confeso de la muerte reconoce que fueron juntos en el turismo, pero que ella ya estaba muerta a causa de un supuesto atropello accidental, por lo que no reconoce la autoría de los delitos que se le imputan”. Lo dice la magistrada. José Enrique Abuín ha reconocido oficialmente la muerte accidental por atropello, o no sabe cómo (hizo dos versiones distintas de las dos declaraciones que hizo entre el mediodía del sábado y las 18 horas).
Pero lo importante es la confesión. A la 1.30 horas cuando estaba sólo en su calabozo, Abuín, sin la coartada de su mujer y sus cuñados, y agotado por la presión psicológica a la que le habían sometido, “cantó”. Lo no oficial, es el crimen con detalle. Lo escrito en presencia de su abogado, al que mandó llamar, es el lugar donde arrojo el cuerpo de Diana, y donde lo encontraron. La UCO y los investigadores de Galicia, de la Policía Judicial de La Coruña, lograron que se rindiera. Por eso les dijo “Gracias por quitarme esta losa”. Porque no podía más no por compasión ni arrepentimiento. Le derrotaron, 16 meses después.