La comisaria europea de interior, Cecilia Malmström, lo ha dicho sin tapujos: "No apuntaban directamente contra ellos pero crearon un pánico que deja un balance de 15 muertos". Sin investigación previa, sin esperar al resultado de la investigación judicial en manos de un juzgado de Ceuta, la comisaria sentencia a la Guardia Civil a la que culpa de la muerte de los 15 subsaharianos el 6 de febrero en la playa del Tarajal. Cecilia Malmström no ha hablado en el la sede de Bruselas, lo ha hecho en una entrevista en una radio sueca.
Las razones de las diferencias entre la comisaria europea y el ministro interior, Jorge Fernández Díaz, son evidentes. Interior aclara que los muertos, todos, fallecieron en aguas de Marruecos y habrá que esperar a que la jueza que investiga determine si algunos de esos disparos o lanzamientos de botes de humo causó las muertes. España defiende que el cómo y con qué deben protegerse las fronteras es competencia nacional y no hay una normativa comunitaria que prohíba disparar pelotas de goma. A pesar de todo eso la responsable europea ha dicho en la entrevista, que es "inaceptable disparar pelotas de goma contra los inmigrantes" y va a estudiar la actuación de la Guardia Civil haciendo uso de la Carta de Derechos Humanos. La carta dice que cualquier vigilancia en frontera tiene que respetar los derechos fundamentales.
La polémica está servida porque el lunes hay reunión de ministros de Interior en Bruselas y Jorge Fernández Díaz acudirá como el resto de sus homólogos. La comisaria espera una reunión bilateral con el ministro porque le escribió una carta tras la tragedia y está esperando las explicaciones de España. Y da un ultimátum: "Dependiendo de cuáles sean esas explicaciones, si se confirma que ha habido transgresión de la ley europea, como parecen indicar los hechos, no dudaré en abrir un proceso por infracción".
El problema no acaba en las pelotas. Estas devoluciones en caliente que todos vimos sí podrían ser juzgadas por Europa porque hay una norma comunitaria que las impide. Aunque ya dijo el ministro que no se efectuaron devoluciones, aseguró que se utilizó una nueva figura que llaman rechazo en frontera. Sea una argucia legal o no, el gobierno español va a la reunión del lunes en la sede europea con el discurso de siempre, “lo que necesitan países que sufren la presión migratoria, como España o Italia, es menos crítica y más ayuda”.
Los expertos en inmigración nos recuerdan que los países del norte de Europa no quieren que los subsaharianos lleguen a sus apacibles vidas y financian la lucha contra la inmigración con operativos como el FRONTEX, desplegado en África y que, recordemos, frenó en seco la salida de cayucos, Todos esos inmigrantes que antes llegaban a España tras peligrosísimas odiseas por mar, llegan ahora a las puertas de Melilla y Ceuta para saltar la valla. Y en Ceuta la valla es infranqueable por la altura del terreno, por eso buscan bordear el ridículo espigón que ahora mismo separa las aguas españolas de las marroquíes. Para los antidisturbios allí desplegados es muy complicado cumplir su cometido entre tierra y mar. “Ellos cumplen lo mejor que saben con la ley, y las ley dice que no se puede entrar por la fuerza. Si dejáramos pasar a todos, la mayoría correría hacia Francia y entonces Europa nos pediría explicaciones”. Es hipócrita, aclaran, criticar la actuación en las fronteras desde los cómodos sillones del Norte.