Cinco jueces del Tribunal Supremo tenían en sus manos que Ruth pase página. Porque la madre de Ruth y José esperaba su rápida deliberación y poder enterrar por fin a sus pequeños.
Ahora tras el fallo los magistrados escribirán la sentencia y los huesos depositados en sede judicial, en las cajas que todos vimos durante el juicio en Córdoba, serán devueltos a su madre.
Atrás quedan los intentos desesperados de la defensa de Bretón por defender lo que parecía indefendible. La vista de ayer arrancó con la exposición de la letrada Bárbara Royo, apelando a la valentía “el coraje” de los cinco jueces, entre ellos una mujer, para absolver a un hombre como Bretón al que toda España juzgó antes de que se sentara en el banquillo, explicó la letrada.
Cuestionó si serían capaces de soportar tanta presión mediática, algo que no debió gustar nada a los cinco jueces.
Después la letrada hizo una exposición resumida de las 500 páginas que tiene su recurso para sembrar de dudas el hallazgo de los huesos hasta el punto de insinuar que alguien pudo poner otros cualquiera en la hoguera para inculpar a Bretón. Algo inverosímil por una sencilla cuestión.
En la hoguera no se quemaron huesos, se carbonizaron cuerpos de dos niños vivos horas antes y que no podían ser otros que Ruth y José. Porque entraron en la finca con su padre y desaparecieron, y porque no hay otros dos pequeños perdidos.
Todo esto lo acreditan las pruebas y 12 peritos que fueron preguntados, uno a uno, en el juicio.
La abogada intentaba describir una maraña de pequeñas irregularidades, unas ciertas y otras no tan claras, para pedir la absolución o al menos la repetición del juicio. Pretendía que esos desfases horarios de precintos y permisos judiciales, fueran suficiente para hacer tambalear la sentencia de 40 años que condenó a Bretón.
Pero los magistrados del Supremo no se han atrevido a abrir la herida de una madre inconsolable. Y no por miedo a la presión mediática. Tiene claro que lo esencial en esta causa es lo que dijo el fiscal: “El caso rebosa color criminal” y aseguró que Bretón arrojó a sus hijos a la pira, no se sabe si inconscientes y que murieron quemados a 1200 grados.
“La alevosía está clara porque no pudieron defenderse de su padre”, así terminó su exposición el fiscal en la vista de ayer. El Supremo ha tardado unas horas en tener el fallo que confirma los 40 años de cárcel que pasará José Bretón en prisión por asesinar a sus hijos.