La Guardia Civil cree que Bruno trituró los restos de su tía y de Adriana
Lidia Hernández fue triturada en la picadora. Su ADN está en un serrucho y en la máquina picadora de matanza encontrada en el garaje de la vivienda de Majadahonda. El informe de criminalística es corto pero contundente. El perfil genético hallado coincide con el del padre de Bruno Hernández, el presunto descuartizador, y es de una mujer. Solo puede ser Lidia.
Con este nuevo informe Bruno será acusado del homicidio de su tía. La máquina picadora fue comprada, según la investigación, antes de la desaparición de Lidia a finales de 2010. Los agentes han constado que fue entonces cuando la mujer usó por última vez la tarjeta sanitaria y las del banco, donde además ya no volvieron a verla. Lidia había puesto la casa en venta pero desapareció misteriosamente sin despedirse de ningún familiar ni de los vecinos más allegados.
El atestado de la Guardia Civil argumenta que Bruno le quitó a su tía todos los bienes y usó sus cuentas hasta agotar el dinero. Solo respetó una donde se ingresaba la pensión de Lidia y con la que pagaba los gastos de la casa que aparentó heredar en usufructo. Bruno comenzó a alquilarla por habitaciones hasta que el pasado mes de marzo presuntamente mató a Adriana Gioiosa, su última inquilina. Intentó limpiar y pintó las paredes del garaje pero los perros hallaron restos de sangre por todas partes.
En la picadora, en las cuchillas, y en los cuchillos de carnicero y machetes que guardaba en un maletín hallaron el ADN de la argentina. La Guardia Civil piensa que tras matarla, descuartizó su cuerpo y después la trituró igual que hizo con su tía hace cuatro años.