Es uno de los pocos axiomas que comparto con Malena Guerra, mi "querida compañera" de blog y andanzas "suceseras", pero es que, hoy más que nunca, la realidad supera la ficción. Sí amigos,tengo un "bono-puta" ( con todo mi respeto hacia las mujeres explotadas por las redes). Una tarjeta de fidelización para prostíbulos chinos, un pretencioso rectángulo de cartón con la leyenda "Vip-tarjeta cliente" en uno de sus esquinas.
Mira que estoy acostumbrado a éste tipo de cosas, pero probablemente al policía del grupo V de la UCRIF ( unidad contra las redes de inmigración ) que la encontró, se le quedó la misma cara de indignación que yo tengo en éste momento. Ha sido en Barcelona. En el piso 1, como suena. La organización tenía media docena de prostíbulos camuflados como pisos en céntricas calles de Barcelona. Muy frecuentados, todo hay que decirlo, gracias al descomunal trabajo publicitario y de mercadotecnia de los mafiosos proxenetas. Y éste gran despliegue publicitario también fue lo que les ha llevado de cabeza a la cárcel.
La red se dividía el trabajo con la organización y disciplina que sólo conocen las mafias chinas. Unos alquilaban los pisos, otros los regentaban, aquellos recogían el dinero, y otro grupo se dedicaba a la promoción. Así los policías de la Jefatura Superior de Cataluña descubrieron que en las bocas de metro de Barcelona se repartían tarjetas publicitarias ( no el "bono-burdel ) de media docena de prostíbulos diferentes, pero todas las tarjetas compartían el modelo de impresión. Meses después, los investigadores notaron que las tarjetas publicitarias compartían teléfonos de contacto. Se trataba de una red. Hace unos días los policías "reventaron" la operación, detuvieron a una docena de mafiosos, liberaron a decenas de mujeres y recuperaron sus pasaportes.
Sólo algunas chicas hablaban español, la mayoría procedían de zonas rurales de China y la red mafiosa les había quitado el pasaporte a su llegada a Barcelona. Luego eran explotadas 24 horas, sin tregua, en los burdeles de la red. Ellas viven en los burdeles y están obligadas a entregar a la organización hasta el último euro que ganen con sus cuerpos. Ha sido una de esas operaciones que valen la pena, difícil de ejecutar por el secretismo que rodea todas las actividades de la comunidad China especialmente las ilegales. Esta vez los policías del grupo V de la UCRIF de Cataluña han conseguido hasta los justificantes de los envíos de dinero a China por parte de la mafia de la prostitución. Y en el mismo registro, se dieron de bruces con los bono-burdel, éste que dimos en exclusiva en "Las Mañanas de Cuatro" de Cuatro TV y puedes ver reproducido en éste blog. No es sólo un cartón, es mucho más. Es el mayor ejemplo de lo que valen estas mujeres para las mafias, y lo que es peor: para los clientes. España es un país de puteros. Lo digo por que es así. Un país de miles de hombres que tratan a las mujeres como mercancía, como cualquier champú, vajilla por piezas o lote de sartenes, que con un bono de diez compras selladas, te regalan la sartén más grande, o la ensaladera que corona la vajilla. Lamentable.
¿Cómo puede haber gente así entre nosotros? ¿Cómo pueden disfrutar de los servicios de éstas mujeres mientras miran para otro lado? ¿A ninguno de los poseedores de éstos "bono-burdel" no se les ocurre mirar detrás de las cortinas que separan la zona pública de la privada en éstos prostíbulos?Fu A nosotros sí se nos ocurrió hacerlo. Fuimos dos con una cámara oculta, hace tiempo, a uno de éstos burdeles. Nos hicimos pasar por clientes, nos dejaron pasar y nos dejaron esperando en un vestíbulo dentro del piso. Nos iban a enseñar las chicas para elegir. El vestíbulo estaba partido por una cortina opaca, muy cutre. A un lado nosotros y el pasillo que conducía a las habitaciones, el otro lado no se veía. Descorrimos la cortina en cuanto "la madame" se despistó. Al otro lado no había mafiosos contando dinero, ni nada semejante. Al otro lado de la cortina había seis chicas orientales semidesnudas, escuálidas, con el pelo sucio, agachas en cuclillas, comiendo arroz de un cuenco a toda velocidad. Se trataba de su "descanso" de diez minutos para cenar. Todo estaba sucio a su alrededor, las chicas nos miraban indiferentes, y el matón de "la madame" volvió a correr la cortina. Nos fuimos de allí con cualquier excusa, después de grabar a una de las chicas que comían arroz yéndose mánsamente con un cliente jóven pasillo adelante.
Por eso ahora cuando veo éste "bono-puta" (la primera vez que la policía encuentra uno de éstos en España) siento asco. Siento que ésto de la prostitución ha ido muy lejos. Me acuerdo de aquella chica que comía arroz, del gesto de su cara, y de que no estaría ahí semidesnuda y desvalida, si no fuera porque en el portal de ese edificio había media docena de españoles como yo, como tú o como tu vecino para acostarse con ella por dinero. Eso que vimos no fue la prostitución que se decide legalizar o no, eso eran mafias explotando seres humanos delante de nuestras narices. Asi que, mi enhorabuena a la UCRIF de la Jefatura de Policía de Cataluña.
No sólo nosotros se lo agradecemos a la policía, los vecinos de los edificios donde se escondían esos prostíbulos se lo agradecen aún más. Con suerte no tendrán que subir por la escalera de su casa junto a un tosco oriental que guía por las escaleras a los clientes del prostíbulo usando una linterna para no iluminar toda la escalera y así salvaguardar la identidad de los que mantienen a estas mafias de la exclavitud.