Asunta murió antes de digerir todas las pastillas que le dieron

Malena Guerra 25/10/2013 22:28

Asunta tenía pastillas en el estómago sin digerir. Eso sólo puede significar que le dieron tal cantidad de pastillas de ansiolítico que llegó un momento en el que el estómago paró de trabajar, incapaz de asimilar más sedante. Es el resultado del examen de las vísceras de Asunta. Un informe que ayuda a comprender mejor lo ocurrido y sobre todo que proporciona a los forenses datos objetivos para resolver la causa de la muerte. “Si tenía pastillas enteras o casi enteras en su estómago es que murió por sobredosis”. Asunta creen que murió por asfixia química y no por sofocación como pensaron en los preliminares. Los forenses han firmado una autopsia con diferentes opiniones porque tampoco descartan que Rosario Porto, intranquila porque la niña seguía respirando, le tapara la boca para acelerar la muerte. Eso no se puede saber. Pueden decir que la Guardia Civil no ha encontrado restos biológicos en la almohada, o en la mascarilla, o en el peluche, que les haga pensar que hubo sofocación. Pero sólo los padres de Asunta saben la verdad.

El Instituto de Toxicología ha hecho los análisis del pelo para saber que empezaron a sedarla en julio. El resultado no aporta cantidades. Eso no es posible detectarlo. Sólo saben que le administraron sedante en julio, en agosto y en septiembre. Han hecho también los exámenes de las vísceras y de absorción en grasas para completar la autopsia y aproximar una hora de la ingesta y una hora de la muerte. A la aparición de las pastillas sin deshacer en el estómago hay que sumar el sedante filtrado en sangre, el equivalente a quince cajas de “orfidal”. Con esa dosis terrible y letal pueden trabajar ahora en el horario. Según la autopsia murió entre dos y cuatro horas después de comer. Teniendo en cuenta que es una niña de 42 kilos, que es asiática y que los chinos absorben peor este tipo de fármacos, piensan que sí pudieron darle todas las pastillas casi al tiempo y que parte se descompusieron filtrando a la sangre el ansiolítico, y otra parte se quedó en su estómago, casi enteras. Alguno de los forenses sugiere la posibilidad de que fuera una sedación por sumisión: primero le dieron un poco de sedante y luego más y luego más. Pero hay un dato que es incontestable: una vez sedada es imposible que Asunta tragara más pastillas.

Pudo ingerirlas todas en la comida tardía o la merienda. Porque una vez sedada ya no pudo tragar más. Los investigadores también trabajan con estos datos y sospechan que a las 18:00 cuando Rosario Porto se llevó a Asunta a Teo, ya estaba sedada. Creen que pudo ingerir la mayoría de las pastillas en la comida en casa de su padre. Piensan que tuvo tiempo de ir a casa de su madre y que allí cayó fulminada pero no muerta. Un testigo sitúa el coche de la madre en doble fila y ellos creen que Alfonso Basterra ayudó a su mujer a sacar a la niña en brazos. Uno de los dos móviles de Basterra le sitúa en casa de su exmujer (no por llamadas, es por el GPS). La niña se dejó las zapatillas junto a su cama y tras analizarlas determinaron que no salieron, que no estuvieron en la finca porque no tenían tierra. Por eso y porque tienen datos que no nos cuentan, dicen que se la llevaron descalza y en brazos. Al no tener lesiones en los pies, creen que no hubo arrastre y que alguien tuvo que ayudar a Rosario Porto. Por eso miran con lupa todas las pruebas, Para demostrar que Alfonso Basterra ayudó a cargar con Asunta, en Santiago y luego en Teo. No han encontrado imágenes que demuestren que el padre de Asunta movió su coche hacia Teo. Han revisado alquiler de coches, taxis, todo. Y siguen buscando la manera de probar que el padre estuvo en la finca donde Asunta murió. Y algo tienen, pero lógicamente, no lo sabemos nosotros.