En estas fotografías a las que ha tenido acceso informativos Telecinco, Asunta está en pijama, acostada en su cama y duerme o descansa profundamente. Sólo en una parece tener los ojos abiertos. El informe aportado al juzgado por los investigadores tiene muchas imágenes de la niña enroscada en sábanas y de diferentes días. Son imágenes de los móviles de los padres de Asunta y el de la propia niña que se hicieron casi todas en casa de la madre. El juez considera relevante el material obtenido de los teléfonos y en concreto estas fotografías que recuerdan la forma en que fue sedada, atada y supuestamente envuelta en una sábana cuando fue asesinada Asunta. Sin embargo, fueran hechas más de un año antes, ni siquiera coinciden en el tiempo con los episodios de sedación en los que presuntamente intentaron matarla.
También encontraron otras fotografías de la niña disfrazada que el juez considera llamativas. Asunta esta maquillada porque se vistió con medias y corpiño para una de sus funciones de baile. Hay muchas más parecidas con otros vestidos para otras funciones. Y la guardia civil no hace ninguna valoración o comentario sobre las imágenes porque no resultan extrañas en una niña que participaba activamente en funciones de ballet y música.
Los investigadores han hecho un segundo informe del contenido borrado del ordenador de Alfonso Basterra. El ordenador desaparecido durante meses fue dejado en el piso del padre de Asunta cuando ya estaba en la cárcel, pero si lo limpio antes de ingresar, no borro la huella de multitud de archivos pornográficos que ha sido recuperados. No son de pornografía infantil, son de páginas; “Sexo sin compromiso”, “Como hacer una…”. La Guardia civil dice, textualmente, con especial atención a las imágenes de mujeres con rasgos asiáticos. Aunque fuentes de la investigación explican que el porcentaje de mujeres asiáticas que aparece no es relevante y entraría dentro de los habitual que se encuentra en internet en esta tipo de páginas porno.
Los expertos consultados aclaran que Alfonso Basterra no cometió ningún delito al tener porno en su ordenador pero no pornografía infantil. También explican que las fotografías de la niña vestida para una función está perfectamente contextualizadas y que las únicas que podrían resultar extrañas son las de la niña durmiendo, pero en ningún caso son constitutivas de delito. Para el juez del caso sin embargo resultan llamativas y fue por esa razón por la que de entre todas las fotografías de la niña que encontraron en los dispositivos móviles y ordenadores, pidió expresamente que “esas” se incorporaran a un informe. Seguramente sea el magistrado José Antonio Vázquez Taín quién les de un significado en un próximo auto.