Se llaman "Isma", "El Rana" o "El Virosque" y no sobrepasan la treintena de años, (que no de antecedentes delictivos) pero ellos, ajenos al poco glamour que desprendían ya desde su más corta infancia, creían que estaban predestinados a protagonizar una larga vida de lujo y excesos. Llegaron de todas partes, pero se criaron en el territorio fronterizo de "las torres" de Villaverde en Madrid, la cuna de las bandas de aluniceros que han asolado media España y un lugar donde no hay más Ley que la del silencio.
Allí se estrenaron con las carreras de coches robados, los atracos y las peleas a cuchillo en un entorno siempre dispuesto a aplaudirle las gracias. Pronto se dieron cuenta que salir de la cárcel era más fácil que entrar. También adivinaron que el barrio estaba ansioso por encumbrar a "unos héroes" que dieran "trabajo" a los vecinos. En "las torres" querían ver a los suyos en lo más alto del escaparate social, de ver a alguien del barrio triunfar con los bolsillos a reventar de billetes sea cual fuere su procedencia.
La ecuación es sencilla: robos de película, desafiando el riesgo y la prudencia. Sin rastro de inteligencia, sólo arrojo y absoluto desprecio por la vida de todos los demás. Regreso a sus guaridas donde les encubría la famlia y el vecindario para después derrochar todo el dinero robado. Así fueron acumulando asaltos, robos y homicidios en sus curriculums gracias a la benevolencia de un sistema judicial más criticado que nunca. No conocieron otra cosa salvo el asalto y la violencia. Sin embargo hubo un momento en que parecía que por fin Madrid iba a disfrutar de un poco de traquilidad. Los líderes del hampa madrileño "Carlos Harry" y "el niño Sáez" cayeron bajo las balas de sus enemigos o fueron apresados. También arrestaron al "Isma" y los suyos..pero volvieron a fugarse. En 2008 tras su detención número 36 "Isma" huyó aprovechando un permiso carcelario para asistir al entierro de su padre. Nada elaborado, en medio del sepelio en el cementerio de La Almudena, los de su clan agredieron a los guardias que les escoltaban e inutilizaron sus coches mientras el recién bautizado "número 1 de los aluniceros madrileños" desaparecía a bordo de un deportivo que le esperaba con el motor en marcha al otro lado de la tapia del camposanto. Otros miembros de la banda se fugaron durante traslados a hospitales, entre prisiones, etc...un clásico.
En los últimos tres años la policía judicial de la Guardia Civil de Madrid y la Udev de la policía llegaron a rozar su captura en varias ocasiones, pero fue la Guardia Civil la que "le mordió" ( le identificó) como el cabecilla de uno de los últimos alunizajes en la Región. Para entonces la banda de "Isma" se había llevado siete AUDIS Q7 en un alunizaje en Alcobendas, y cargaban con sacos de oro rellenos por atracos y alunizajes en talleres de joyería y tiendas del ramo de Córdoba, Valencia y Madrid. Ésta vez "El Isma" había reunido la mayor banda de aluniceros con su clan, el de los Arriero. Unos se dedicaban a robar los coches de lujo y usarlos para los alunizajes y atracos. Otros, y ésta es la novedad, en vez de quemar los coches usados en los asaltos los desguazaban y revendían las piezas por encargo a concesionarios multimarca y al taller más conocido de los taxistas madrileños (receptación?). Así duplicaron el beneficio y multiplicaron los billetes que una tercera rama de la banda intentaba blanquear con falsas hipótecas invirtiendo en inmobiliaria.
Se creían tan intocables que fueron capaces de ir a una gran tienda Aurgi a cambiar la rueda de su Q7 robado tras un pinchazo durante un asalto. Se creían tan listos que jamás imaginaron que los guardias civiles grababan todos sus movimientos delante de sus narices ( las imágenes las emitimos hoy en exclusiva en Las Mañanas de Cuatro e informativos Telecinco) Ahí estaban el Isma, o El Rana y sus otros dos cómplices, fugados de la cárcel, buscados por asesinato, cambiándole la rueda a su cochazo robado, a plena luz del día fumando en la puerta del macro taller como si no fuera con ellos la cosa. Los guaridas les dejaron a su aire, y de paso les grabaron planificando su próximo golpe al mediamarkt de Alcorcón, señalando las cámaras de seguridad desde dentro del coche con los seguros echados, una pistola en la guantera y dispuestos a atropellar a quien hiciera falta en la fuga.
Sólo cuando tuvieron todas las pruebas en su poder y reflejadas en uno de los informes más detallados que hemos visto en toda nuestra vida, los guardias cayeron sobre toda la banda. 27 detenidos de una tacada. No hubo piedad, la misma que ellos han tenido con ciudadanos, policías, guardias, joyeros, comerciales, etc...porque los guardias encontraron el tesoro de los aluniceros en el maletero de un coche alquilado y escondido en el garage de otro edificio colindante. En total 32 kg de oro, joyas, 1 millón de euros en metálico y tres millones más en viviendas y coches de lujo.
Una fortuna para todos nosotros, pero "el salario mínimo" que necesitaba mensualmente esta banda de criminales, aficionados la ropa de lujo (30.000 euros en ropa les requisaron) a los coches deportivos, a las operaciones de estética de sus mujeres y a llevar a sus hijos a colegios de pago de a 600 euros la mensualidad. Gracias a sus aires de "nuevos ricos" se precipitó su detención. Las pasadas navidades los guardias civiles de la Comandancia de Madrid pudieron trabajan sin trabas gracias a que "El Isma" y los suyos decidieron pasar las fiestas de turismo en Nueva York y divirtiéndose en Disneyworld. Nos encantaría ver esa foto de Pluto o Mickey posando "en plan colega" con el que hasta ayer fue el último rey de los aluniceros de España.