Aguirre se marchó porque “temía que me pudiera ocurrir algo porque soy un personaje público y se arremolinaba mucha gente”
La declaración de Esperanza Aguirre ante el juez no pasó de 60 minutos y tres folios de explicaciones. Abrió la presidenta del PP de Madrid contando que ese día 3 de abril de 2014 decidió aprovechar que un taxi había parado en el carril bus para detenerse a sacar dinero. A su regreso al coche ve que un agente le estaba poniendo una multa porque había estado mucho tiempo ausente, a lo que ella contestó que no era cierto y que había estado muy poco tiempo estacionada. La ordenanza de movilidad de Madrid prohíbe terminantemente parar en el carril bus.
Aquí comenzó lo que Aguirre llega a describir como un incidente de lo más extraño. El agente de movilidad le pidió su carnet de conducir a lo que ella “inmediatamente se lo entrego, dado que lo llevaba en la cartera y se lo dí. El agente estuvo tomando los datos con muchísima parsimonia, me lo pidió y lo estuvo mirando y luego me pidió la documentación del coche, yo le dí una cartera en la que tengo toda la documentación, había muchísima gente y ya estamos interrumpiendo la circulación ¿por qué no nos ponemos en una calle más próxima?...y empezó a llegar muchísima gente”.
Aguirre relató al juez la a su juicio “sospechosa” actitud del agente de movilidad “el seguía haciendo no sé qué trámites y me dijo que me tenía que dar el resguardo de la multa para recurrir, y le dije que no iba a recurrir y que no la quería…”
Fue entonces cuando la situación según Aguirre se tornó de incómoda a peligrosa “Se me hizo eterno el tiempo porque la gente empezaba a arremolinarse, y venía de un acto particular, le dije al agente que vivía aquí al lado…temí que un momento determinado me pudiera ocurrir algo porque soy un personaje público y se arremolinaba mucha gente…”. A pesar de todo Aguirre le explica al juez que entregó toda la documentación y en ese momento le dijo un segundo agente “si no te gusta el procedimiento se lo dices a tu amiguita Ana Botella” sin que pudiera identificar al agente de movilidad, que “todos ellos no paraban de hablar por teléfono o por los dispositivos que tienen…aunque el agente que me puso la multa estuvo en todo momento correctísimo, fue el otro el que me dijo lo de Botella…”
El relato de Aguirre salta directamente hasta su domicilio “me fui a mi casa porque iba en mi coche particular y había reconocido la infracción que había cometido…cuando llegué a casa aparece otro agente de movilidad que me dice a ver quién va a pagar los desperfectos de mi moto, sin saber yo que los había ocasionado…en ningún momento este agente me dijo que me parara”.
Ahora sí, al final de su relato al juez, Aguirre quiere aclarar “ que no es cierto que me persiguieran, o no me di cuenta de que los agentes de movilidad venían detrás, tampoco subí a mi casa, y no es cierto que me diera a la fuga y lesionara a un agente, en las imágenes que grabaron las cámaras de mi calle se aprecia que estuve hablando con los agentes en la calle…tras pedirles disculpas por lo de la moto les pregunté si me podía marchar y lo hice porque hablaban sin parar por teléfono”. Un relato, el de Aguirre, totalmente contrario al de los agentes de movilidad y los policías municipales que la persiguieron hasta su casa y según el testimonio de los últimos, le siguieron con un patrulla ordenándole en varias ocasiones que detuviera su vehículo, haciendo uso incluso de los lanzadestellos del patrulla”.
El ministerio fiscal rehusó hacer preguntas a la imputada.