La Abogacía del Estado considera culpable, sea como sea, a Francisco Nicolás
La respuesta de la Abogacía del Estado al incidente de nulidad propuesto por la defensa de Francisco Nicolás tras el descubrimiento de la grabación entre policías y agentes del CNI en términos sospechosos, sorprende e indigna al entorno del chico. Una vez oída esa grabación de entre 6 y 12 minutos de conversación, la defensa de Nicolás pidió que se anulara el caso sosteniendo que el diálogo entre policías y agentes daba a entender que el CNI había intervenido las comunicaciones de Nicolás sin permiso judicial y con bastante anterioridad al arranque del caso. Amén de la frase “lavar pruebas” que supuestamente pronuncian los protagonistas de la cinta, algo que de confirmarse su veracidad ensuciaría aún más el caso.
Ahora la Abogacía del Estado responde a la defensa de Nicolás avanzando parte de su estrategia. Se trata de un ataque en toda regla que parte de una reprimenda a Nicolás de dudoso calado jurídico. Si Nicolás se niega a declarar ante el juez (mientras parte del proceso siga bajo secreto) entonces no tiene derecho a protesta y menos en los medios de comunicación, dice la abogacía del Estado. Se olvida el representante del Estado que se trata de valorar un escrito presentado por la defensa de Nicolás en el juzgado y no en una cadena de televisión.
Tras el tirón de orejas llegan los argumentos jurídicos, y aquí según el abogado del Estado, Nicolás se merece un castigo sí o sí. No cabe otra opción, aunque para ello haya que caer en la contradicción. Su argumento lo abarca todo. Si la grabación está manipulada aumentarán los cargos contra Nicolás está vez por tentativa de fraude procesal. Pero, ¿Cómo puede manipular Nicolás una grabación que fue entregada por la policía en el juzgado? Fue alguno de los asistentes a esa reunión entre policías y agentes del CNI el que entrega esa grabación que a su vez la policía hace llegar al juzgado que investiga el caso. No parece que Nicolás pudiera manipular dicha conversación ya en poder del juez.
En su escrito el abogado del Estado aborda una segunda opción. Si la grabación no está manipulada será porque el CNI tenía motivos de sobra para pincharle el teléfono a Nicolás ya que representaba una amenaza para la seguridad nacional al hacerse pasar por espía o asesor de altas instituciones del Estado. En ese caso, el abogado del Estado “está seguro” de que pincharon legalmente el teléfono con el permiso del Tribunal Supremo como contempla la Ley.
Y ya puestos, para el abogado del Estado, si la conversación es real y la defensa de Nicolás tiene razón, entonces le acusarán de revelación de secretos por haberla contado en un programa de televisión. Pero, ¿fue Nicolás quien desveló esa conversación al público o solamente respondió a preguntas de periodistas que habían hecho su trabajo?
El abogado del Estado está seguro, de esta forma, que Nicolás sí o sí es culpable de algo, y si no al menos el chico sentirá en la nuca el aliento del Estado empeñado en matar hormigas a cañonazos, mientras otras piezas de mayor envergadura se mueven con total libertad sin llamar la atención de la implacable maquinaria del Estado.